15.11.15

Guerra, la palabra maldita, ha sido pronunciada

Diversas razones llevan a un punto de no retorno. Porque cuando la autoridad competente pronuncia la palabra "guerra" entonces más vale estar preparados para las consecuencias. Y la palabra "guerra" ha salido no de una sola voz, sino varias. Voces de gran responsabilidad. Y cada uno con su propia prioridad.

El presidente Hollande se ha encontrado con una masacre perpetrada a sangre fría sobre personas indefensas en las calles de París. Y solo la suerte ha evitado una gran matanza en el Estadio de Francia, donde las selecciones gala y alemana disputaban un partido amistoso. Dos terroristas suicidas cargados de explosivos habían sido enviados a perpetrar la masacre, pero la "suerte" quiso que sus respectivos cinturones de explosivos no estallaran entre la multitud de espectadores.

Un estado debe defender precisamente a su población civil: a John Do, a Monsieur Dupont, a Herr Müller, si quiere ser tomado en serio tanto por sus propios ciudadanos como por sus aliados. Y el presidente de la Républica, François Hollande, ha captado la sensación popular que se ha extendido entre la ciudadanía. Y ha declarado "guerra."

Lo mismo ha hecho el Primer Ministro Manuel Valls, con mayor vehemencia. Y en la oposición, Nicholas Sarkozy, también; lo mismo que la temida rival, Marine LePen, líder ultraderechista del Frente Nacional.

La radio, la televisión, las redes sociales. Los periódicos. En España, por ejemplo, El País, El Mundo, La Razón y Abc llevan la palabra a la portada "guerra". Porque han captado el estado de ánimo de la ciudadanía, y ya no valen cataplasmas. Otro ataque con decenas de víctimas mortales de población civil tendría un coste incomparable: además, la demagogia ha anidado en nuestras sociedades.

En Francia, Le Figaro, también, y en su editorial expone las razones por las que ya no sirve mirar para otro lado; como sucedió con otros atentados, por ejemplo, el pasado enero con el ataque a la revista de humor Charlie Hebdo que costó 12 muertos. 

El director de Le Figaro, Alexis Brézet, alerta de que ya no es aceptable torcer la mirada; no es posible transformar la realidad del dolor en un recuerdo, en una ilusión, en un símbolo, para ser olvidado en tres o cuatro semanas, como  sucedió con la revista humorística. 

Ya no sirven, no curan, y no volverán a ser de utilidad las palabras de condena, las expresiones de horror, compartir sentimientos de tristeza de arriba abajo. Las palabras de presidentes de Gobiernos, de Primeros Ministros, Diputados, Senadores... las palabras de condena ya no sirven. Si estas mismas palabras no van acompañadas de hechos dirigidos a poner fin a los ataques, a la guerra que nos han declarado, esas palabras ya no sirven para contener los sentimientos del pueblo, atacado a las puertas de su propia casa, en sus calles, en su ciudad, en su campo de fútbol o en su sala de conciertos. 

Porque el estado de guerra, una guerra distinta a las vividas -sufridas- hasta ahora también será distinto: no habrá desfiles, ni grandes transportes de material bélico. No se fabricarán centenares de barcos de guerra, ni se montarán miles de aviones o carros de combate. Pero sí veremos por las ciudades de Europa militares patrullando por las calles. 

En esta guerra no habrá levas, ni llamadas a filas, ni instrucción rápida en el manejo de armas portátiles, granadas de mano, artillería etcétera. Esta guerra será altamente tecnológica y muy profesionalizada. Solo las víctimas serán civiles, porque volverán. 

Volverán con sus kalashnikov y sus explosivos a atacar a la población civil en calles y plazas, en restaurantes y mercados, en salas de fiesta y en estadios deportivos.

Estamos en guerra. En las redes sociales chocan las opiniones: para unos insuficiente, para otros excesiva, una guerra. Para unos temprana, para otros tardía. Para unos, islamofobia, error de occidente, culpa de las democracias. Para otros, la guerra servirá para liberar a millones de musulmanes atrapados en las redes del fanatismo. Son los debates fulgurantes en internet, o en tuiter, o en otras redes.

Pero sin darnos cuenta, nos hemos puesto el traje de guerra, la máscara de combate: observen las fotos de perfil, y verán cómo, casi sin darnos cuenta, se han llenado de máscaras de guerra; la bandera de Francia con colores transparentes, azul, blanco y rojo, ocupa el lugar de la máscara de guerra, del casco de combate. Muchos, sin darse cuenta, se han uniformado para la nueva era, la época bélica.

Es la guerra. ¿Qué nombre se oye por ahí? La Tercera Guerra Mundial. Que será distinta a las conocidas, pero será mundial. Y larga. Y con mucho dolor. En todos los frentes. 



6.11.15

De las edades, los problemas, los veteranos y los bisoños

Además de la edad, hay otros factores. ¿Quién conecta con los problemas? ¿Es la edad un factor importante para recibir el voto? ¿Un político de 60 años, por edad, es mejor que uno de 40 o uno de 35? Porque hablamos de la "edad" en general como factor influyente el voto de los ciudadanos 

Mariano Rajoy nació en marzo de 1955, cumplirá 61 años.  A esta edad, el diablo empieza a saber más por viejo que por diablo. Sus rivales, por orden estadístico, Pedro Sánchez, febrero de 1972. Cumplirá el madrileño 44 años. Albert Rivera, 15 de noviembre de 1979 pronto llegará a los 36 años. Pablo Iglesias, octubre de 1978, acaba de zambullirse en los 37 años. Elija futuro presidente del país a personas con estas edades: 61, 44, 36 y 37 años.

¿La veteranía es un grado? En esta tabla casi son dos décadas lo que separa al presidente actual, del líder corriente de la oposición. Es más, ponderemos la edad de cada rival comparando a la edad "interna" de los votantes, de cada ciudadano.

Pablo Sánchez, está más cerca de la edad del servicio militar, 21 años, que de la edad de jubilación si fuera a los 65. Albert Rivera, si descuenta los mismos años que Pablo Sánchez, 23, se ubica como un chaval de 13 años. Pablo Iglesias, tendría 14.

Con esta ponderación de valores, elijan ustedes quién dispone de capacidad magnética bastante para despertar y movilizar el magma social. Con el descontento, los zarpazos interminables de la crisis, el pulso al estado de derecho desde Cataluña, la corrupción, y la autoridad sobre sus propias huestes, entre otros problemas no menores ¿a quién mira un ciudadano corriente cuando se ve sometido a esas tensiones? ¿Mira y piensa como persona atenta a su edad madura? ¿Vuelve la vista y reflexiona como si tuviera veinte o treinta años? No sé si se me entience.

Rajoy por viejo, hoy controla el partido en el que ya militaba a la edad en que dos de sus rivales no habían nacido; y el mayor, Sánchez, no había tomado la Primera Comunión. 

En este caso, sin alcanzar las edades en que otros presidentes abrieron épocas gloriosas: Ronald Reagan alcanzó la presidencia de los Estados Unidos a la edad de 70 años, ¡70! En el caso de España, nos encontramos con un país hundido en una crisis económica sin precedentes en la historia; sometido a gravísimas tensiones territoriales; con radicales de izquierda en puestos de poder -en Alemania, por ejemplo, nadie habría pactado con Podemos, se forma de manera automática la "gran coalición"-. 

Con estos mimbres ¿a quién le encomienda usted el arreglo de la avería? 

Hay más. La bisoñez de nuestros jóvenes candidatos. Si me permiten, opto por la "gran coalición" y dejo de lado Podemos, Pablo Iglesias, por populistas ¿recuerdan vds. la promesa de 600 euros mensuales para cada español por el hecho de ser español? ¿Qué reflexión hacen en Alemania cuando un político se arranca a regalar dinero? No se le escucha. Pues en este caso, omito la reflexión al respecto sobre Pablo Iglesias y su partido Podemos.

El joven Pablo Sánchez no controla a su partido; de hecho, el viejo partido socialista da la espalda al candidato madrileño y lo que dicta desde Ferraz el secretario general y candidato no recibe ni la atención ni el respeto por parte de los barones territoriales. Con 44 años no tiene por qué controlarlo, pero no ha tenido capacidad, visión, o fuerza para repescar a los veteranos a sus filas.

En cuanto a Albert Rivera, arraca Ciudadanos con un partido joven en Cataluña, que se acaba de consolidar después de una década de travesía del desierto. En todo el resto de España Ciudadanos está en construcción. 

No sólo los candidatos al Congreso y al Senado, sino alcaldes, concejales y otros miles de cargos más, deben salir de la nada, y alzarse como ejemplo a seguir por los votantes, y como experimentados políticos capaces de resolver los graves y hondos problemas que acechan.

Esto en cuanto al factor "edad" que no se trata en los periódicos o televisiones por no parecer "carca". Pero que sin duda, es un factor con influencia crítica en la toma de decisiones previa a escoger una papeleta u otra para votar.

Estos errores de "ubicación" de ocupar la posición correcta en el campo de juego político, algo que se aprende con mucho rodaje y oficio, aparecen luego en conversaciones, entrevistas, y apariciones en los medios. 

Aquí tenemos un "trastazo" lingüístico por parte del líder de Ciudadanos. Está el golpe, en confundir "humildad" con "respeto." Humildad es lo que exige el superior hacia el inferior. El obispo exige humildad al cura. El sacerdote exige humildad a los fieles en la parroquia.

El respeto es algo que se da entre iguales. Humildad es lo que exige Guardiola, por ejemplo, a los rivales, y a todos los deportistas. En el mundo de la tauromaquia, la palabra es "respeto." Respeto entre toreros y aficionados. Respeto al rival, el toro.

Aquí vemos la "colada" de Rivera en la entrevista en un programa deportivo. Exige "humildad" a las personas. La palabra es respeto, Sr. Rivera. Pues, para concluir, con esta diferencia de edad y estos errores de bisoñez ¿a quién el confía usted sus ahorros? ¿su trabajo? ¿su salud?



3.11.15

La suspensión de la autonomía catalana por el 155

Los muros de la calle Génova, también hablan. Hablan en murmullos unas veces, en susurros, en balbuceos, y otras, solo con el sonido de los parpadeos y los guiños. Y si el silencio de las paredes debe reflejar el sentir del artículo 155 estamos ante el sonido de una tumba. Sonido perceptible por los animales y que hay que interpretar leyendo el comportamiento de las alimañas que pueblan el poder.

Ustedes saben ya de las confidencias y secretos que esos muros revelaron hace tiempo, y de cómo se significaron acertadas las tales revelaciones.

Las fibras jurídicas que tejen el articulado de la Constitución española aún está por desarrollarse en parte del articulado. Este no desarrollo es ineluctable. Habla por sí solo. Y aquí lo que las paredes dijeron sobre ello.

Hay artículos que permanecen en su enunciado, sin ley que desarrolle los mismos, sin ley que ampare los derechos que la Carta Magna reconoce a los españoles. Es este 155 un artículo huérfano, sin pies ni cabeza, un artículo no nato, un camino no trazado, y sobre estas vías no puede circular la relación de los ciudadanos con la ley. Tampoco con la máxima Ley.

Sobre esto van los sobrentendidos en Génova, la sede del Partido Popular en obras permanentes. Pero un bichito que habita las paredes me ha confiado, para que haga traslado de ello a ustedes, cómo es el sordo debate sobre la aplicación del 155. Porque hay debate, entre juristas, constitucionalistas, expertos de variada índole, sociólogos, estadísticos y políticos. 

Han ganado, subraya el informador, los tres últimos clanes, que han ordenado a los juristas establecer el mecanismo para tomar el control de la Generalitat de Cataluña. 

Esta es la línea continua -marcada por los jurisas- que debe seguir el trazado, y falta por añadir los mojones, los miliarios que marcan el camino hasta la devolución del poder a través de elecciones, incluso, al Parlamento de Cataluña al cabo de unos cuantos meses. Meses que serán de estupefacción popular, y de algaradas callejeras de origen poco claro,y que paso a explicar, tras interpretar los movimientos de las alimañas cuando llegan sonidos de ultratumba.

La razón por la que se se aplicará el 155 será para recuperar el dinero robado a través del llamado 3%. A través del saqueo continuado de las cuentas públicas tanto a título individual como en equipo. Los dineros habidos a través de gestión ilegal o alegal de los dineros públicos. Aquí entran en duda si incluyen o no los muchos millones de euros gastados en embajadas y otros oropeles del "prucés". Esta será la razón de ser del 155. Su desarrollo, el que dicten las investigaciones policiales. Por esto, ninguno de los Pujoles ha ido a prisión.

Porque el detonador del 155 será la fuga de alguno de los implicados: un conseller, un ex conseller, un hijo de Pujol... en cuanto alguno de ellos salga por patas, o quede en paradero desconocido ¡zasca! el 155.

Otra razón para el mismo, será descubrir un robo suntuoso, suculento, multimillonario... ¡zas! el 155 al canto.

Hay un punto y a parte: para hacerse con el favor de la izquierda ultrarradical (Podemos) las paredes de Génova revelan una clara intención de intentar recuperar todos los dineros -también los del conocido como 'prucés'- y que esto sea claramente, -lo del prucés-, guiado por las fuerzas de Podemos para dar consistencia "social" al propio proyecto de Pablo Iglesias y ampliar los miliardos del camino ya mencionados en la recta vía del 155.

Hay una excepción, impuesta, por el momento, por los políticos: si se investiga la corrupción en las cajas de ahorro -las caixas arruinadas- el Gobierno se queda solo, sin apoyo de ningún grupo o partido; ni siquiera a título personal de algún diputado con madera de héroe dispuesto a sacrificarse por los dinero robados a la patria. 

Y esta soledad del Gobierno,-me dicen las paredes- ante el 155 con caixas dentro, a unos les da cautelas, a otros, adrenalina. Aunque algunos están dispuestos a abrir las cajas fuertes de la corrupción "caiga quien caiga." Pero no hay unanimidad en dicha apertura. 

Juzguen ustedes. "Sabrás las otras capas" sobre las que se levantará la vía de aplicación del 155 "en cuanto esclarezca el ruido."

Palabrita de los muros de Génova, los mismos que me dijeron que Bárcenas sería desplumado de todos sus bienes estando el ínclito en la cárcel, y recuperados para el PP hasta el último euro y por la recta vía, la vía legal y judicial.