7.1.07

Días de confusión y firmeza

¿Cómo está Madrid? Por un barrio la confusión planea y por el otro, la firmeza. Y ambas pueden cambiar de barrio.

Mis colegas guiris preguntan y solo quieren un análisis frío.

Este es, en la hora actual, el estado mental dentro del socialismo: confusión. Todo iba según lo previsto, más o menos, y, sin embargo, todo se ha venido abajo: "Zapatero entró por Atocha y sale por Barajas" es la frase resumen con la que se queda un colega alemán.

Andaba Zapatero y su ministro Rubalcaba que si me siento, que si la mesa, que si me pongo de pie, que si me vuelvo a sentar... y una semana después de volar el aparcamiento de la T4 y encontrarse con sus dos primeros asesinados como presidente del Gobierno -dato que ha impactado en el estado emocional de José Luis Rodríguez Zapatero- el presidente sigue con la faz descompuesta. ¡Nunca podrá aspirar al Nobel de la Paz! resume un colega francés... "Acaso haya terminado su carrera política" dice un colega irlandés.

Y en este estado de confusión ha salido a la palestra el que fuera ministro de Defensa y rival de Rodríguez Zapatero a la secretaría general del PSOE, José Bono, con una declaración que ha sentado como una puñalada: "José Luis es una buena persona que actúa de buena fe". Bono es el rival de Zapatero, es su enemigo, quiere su puesto, y busca con palabras amables un buen sitio por si llega su hora. "En mi país", me dice Dmitri, el moscovita, "el político se apodera del poder, se lo quita a otro".

Y en las horas de Rajoy, por otro lado, hay tensa espera. Por ahora ha conseguido atar en corto a quienes le pedían una intervención inmediata a la cabeza de las manifestaciones-Zaplana y Fraga- y en lugar de buscar el calor de la calle, ha concedido una entrevista larga a un diario lejano, El Periódico de Catalunya.

Llegan dos semanas muy complejas y Rajoy sabe que tiene que guardarse, como Zapatero, de los que están más cerca, en primer lugar.

Para esta semana no se descarta la "aparición" de nuevas pruebas que vinculen a algún etarra con los atentados del 11 de marzo y, más grave aún -mayor tensión si cabe- que se ponga en circulación en forma de rumor la sospecha de que Zapatero estaba al corriente de esta conexión... porque los etarras le habían "confesado" esta implicación en el 11-M durante "la negociación".

Si Bono se ha acercado lo suficiente con sus declaraciones a la personalidad de Rodríguez Zapatero para despojarle, con buenas palabras, de las cualidades mínimas de un político ("José Luis es una buena persona que obra de buena fe" -¡es que hay algún político tontaina? se pregunta el pueblo-)... el círculo de acero cromado de Rajoy teme la aparición de un "Bono" en las filas populares: en lugar de buenas palabras, pegaría un buen "meneo," un buen "zarandeo" a Rajoy, para demostrar que tampoco está preparado, y esa sospecha mencionada en el párrafo anterior cargada sobre las espaldas de Zapatero -¡el presidente lo sabía!- puede ser el aguijón que le quieran lanzar a Rajoy para obligarle a salir a la calle y tomar el poder al asalto.

Por esto hablamos de confusión y firmeza al principio. Rodríguez Zapatero está confuso y busca firmeza. Mariano Rajoy pisa ahora terreno firme y teme la confusión.

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