28.5.13

García y Aznar, José María y José María

¿Recuerdan vds a José María García? José María García, fue, para los más jóvenes uno de los periodistas más importantes de España a finales de los setenta, en los ochenta, en los noventa, y un poco en los primeros años del siglo XXI.

Autodidacta, llegó de Asturias, y en poco tiempo se subió al capó de la actualidad hasta ocupar el puesto de figura mediática sin rival: su programa nocturno sobre deporte era imbatible.

¿Imbatible? Durante años fueron millones los españoles que se colgaban el pinganillo para escuchar a García, millones; durante años, y décadas. 

Pronto empezaron las batallas en los medios, guerras en la sombra entre empresarios, lucha sin cuartel entre las figuras. García parecía vencer en todas esas batallas, año tras año. Llegó un tiempo en que su programa, al cabo, fue minoritario en audiencia. Dióse de baja, y luego quiso volver, hacia 2009. Entonces nadie le ofreció un triste micrófono a quien había sido el rey. 

Esta larga parrafada puede servir para comparar la carrera de su tocayo, el ex presidente Don José María Aznar. Éste se hizo con el liderazgo del PP en Castilla León, ganó las elecciones y fue nombrado presidente de la Comunidad. Como no había nadie mejor situado, dió el salto a la política nacional, y Aznar ante un enemigo  casi acabado en política (corrupción, déficit, terrorismo de estado, paro) Aznar fue segundo, y no pudo gobernar. 

Se hundió más el Sr. González, su rival, y Aznar -sin rival en el PP- ganó de segundas, por la mínima; solo pudo gobernar con grandes sacrificios propios en coalición con CiU. 

La derecha es el caballo ganador, en política, y Aznar  cabalgaba. La derecha produce riqueza; la izquierda, reparte pobreza. Y fue así como, sin cambiar su triste oratoria, sus malos modos y sin dominio ni autoridad sobre sus rivales, consiguió una mayoría absoluta: crear riqueza siempre es preferible a repartir pobreza.

Sin embargo, abandonó la política, y ahora, como García, amenaza con volver... si España lo necesita. Tras la primera escaramuza virtual a través de una entrevista en televisión, Aznar ha percibido la soledad de la habitación del derrotado: en su visita al Congreso para presentar un libro, estuvo acompañado por silenciosos miembros del partido.

En unas pocas semanas, aquella escaramuza virtual y la subsiguiente reunión, silenciosa, con representantes y miembros de su partido en el Congreso, Aznar encontrará que nadie le sigue; si acaso, un puñado. Descubrirá que no le sigue ningún ejército, que sus oyentes/votantes están a otra "cosa". 

Y Aznar, como García, reflexionará sobre esa "cosa" que como la niebla ha desaparecido, ese prestigio, esa 'autoritas', ese aura. 

¿Qué pasó para que José María García perdiera el favor del público? ¿Veremos a José María Aznar en igual situación? García fue perdiendo audiencia sin querer percatarse de ello; tras cada "victoria" sus oyentes pasaban a otros programas, a otras emisoras de radio. José María García, nunca rehuyó el choque, mantuvo el modelo, estilo y formas durante décadas, y siempre terminaba la jornada cantando victoria. Luego García fue segundo, tercero en el ránking, cuarto más tarde... y luego retiróse. 

Nadie reclamó su vuelta. Nadie, ni un grupo de facebook, ni de tuenti, reclamó su regreso a los micrófonos, o a la televisón. Cayó en el olvido. 

Su tocayo, José María Aznar, recorre idéntico camino, de victoria en victoria, hasta la derrota final. ¿Ganó con su entrevista en televisón? ¿Ganó con su conferencia en el Congreso? Aznar piensa que sí. 

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