Sin entrar en datos concretos sobre estadísticas y diputados, los votos de Cataluña y Andalucía han procurado gobiernos socialistas en España. Primero con Felipe González, luego con Zapatero, los graneros catalán y andaluz suponían la diferencia entre alcanzar el gobierno o quedar en la oposición.
El socialismo español está perdiendo Cataluña paso a paso, día a día, y semana a semana. Hoy, 9 de mayo, Alfonso Guerra, ha invitado a la escisión dentro del PSC para formar un PSOE catalán. Y no es la primera vez que se pone sobre la mesa este debate.
Han pasado casi 35 años desde las primeras elecciones, cuando el socialismo ganaba de calle en Cataluña. Ha llovido mucho desde aquellas victorias arrasadoras del equipo González-Guerra en Cataluña. Hoy, dicen los socialistas del PSC "Cataluña ha cambiado" y que "los nuevos catalanes no conservan lazos con sus pueblos y regiones de origen". "Que el Sr. Guerra está anclado en un pasado que no volverá".
Afirmaciones arriesgadas. Es cierto que el PSC sufre tensiones internas entre ambas tendencias, la española y la independentista. Es un hecho que algunas figuras, como el ex conseller Maragall quieren abandonar el socialismo (español) por un socialismo en exclusiva catalán. Estas tensiones obligan al secretario actual del PSC Pere Navarro a un casi imposible equilibrio entre unos y otros para evitar una excisión: tarde o temprano deberá decidir. O alguien tomará la decisión por el PSC y montará una sucursal del PSOE.
Será entonces cuando pueda calibrarse si el Sr. Guerra ha perdido olfato político. Mientras, lo que está claro es que Ni Felipe González ni Rodríguez Zapatero gozan de predicamento en Cataluña. Es probable que, aquella "armada invencible" que ganaba de calle las elecciones, se haya convertido en un equipo "invendible" cuya credibilidad esté por los suelos, y ajena a los intereses del día a día de los catalanes.
En este caso, si el PSOE pierde Cataluña, entonces nunca volverá a gobernar en España con esa marca: sería una mezcolanza a la italiana de partidos rivalizando con el PP.
Las estadísticas solo confirmarían este vaticinio.
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