24.10.16

Solución de continuidad

Mucha agua ha corrido bajo los puentes (no es cierto) o dicho de otro modo: ha pasado mucho tiempo -pero tampoco es una verdad absoluta-. Solo han transcurrido unas semanas de tormenta o, quizá, antes que tormenta, han sido semanas de permanecer al pairo, sin viento para navegar, sin nadie dispuesto para bogar, y todos mirando a la oficialidad y al capitán del barco.

El capitán del barco, que es provisional, sabe que no hay, en el horizonte cercano, certezas que saquen la nave del marasmo, de la quietud, pero también sabe que cuando hay un problema, siempre hay una solución. Que todo problema tiene su solución. Que cuando Cristo cierra una puerta, Dios abre una ventana.

Estamos ante una ventana que se cierra, y una puerta que se abre. Se cierra la ventana PSC para el Partido Socialista Obrero Español; y la puerta que hay que abrir se llama Ciudadanos.

Unas ruidosas jornadas parlamentarias aparecerán en el corto espacio de tiempo. Seguidas de unas apacibles semanas con largos atardeceres y más largas, larguísimas noches para dar continuidad a un proyecto que, si cojo, no anda. El Partido Socialista Obrero Español sin un brazo fuerte en Cataluña entra en fase menguante imparable.

Con una aproximación hacia Ciudadanos, entrará en solución de continuidad. La prueba, Andalucía. En la comunidad andaluza 40 años de para en cifras escandalosas no han perdido su continuidad. 40 años de gobiernos monocolores no han perdido continuidad. En Cataluña, con el apoyo decisivo del PSOE el joven partido Ciudadanos puede dar solución de continuidad al socialismo en Cataluña.

El capitán del barco, y la oficialidad, saben que por un lado habrá ruido, escándalo de gestos, griterío y salidas a la calle. Y por otro, una lenta fragua de un acuerdo que devuelva al votante de Ciudadanos al partido de donde nunca debió salir el PSC. Recordemos que Ciudadanos nació en Cataluña y sus parteras fueron intelectuales de izquierda horrorizados por el vasallaje y sus tributos que exigían las fuerzas burguesas nacionalistas, ¡y que los socialistas pagaban con gusto y con creces!

No les asuste el ruido. No les asuste el silencio.