Público es otro aviso ¿qué hacer?

Público ha entrado en suspensión de pagos. La editora ha convocado a sus deudores para tratar de reconducir la situación. Sin embargo, hay dos peros. El primer pero, es la crisis económica. El Mundo, El País, ABC, La Razón, La Vanguardia... todos los periódicos sufren en sus carnes las dentelladas de la crisis. Y las carnes de los periódicos son los periodistas y el personal de administración, talleres, reparto... Y televisiones; y radios; y el entretenimiento, en general.

Carne de cañón La dureza de la crisis da otra vuelta de tuerca más, una más: hoy mismo, la encuesta estatal del CIS indica que uno de cada cinco españoles con empleo teme perder su puesto de trabajo este año. Ello señala el sentir, el presentimiento de los empleados: "si la empresa no va bien, ¡me echarán a la calle!". Y si las empresas no van bien, recortan en publicidad. Y el consumidor-lector recorta en lo posible sus gastos. El periódico para muchos ha sido históricamente uno de los primeros en caer de la "cesta de la compra" cuando las cosas venían mal.

¿Qué pasa ahí fuera? Otros diarios en Alemania, en Francia o en Gran Bretaña con un número similar de lectores de papel y sobre todo de internet pueden mantenerse y con sueldos dignos. Incluso los periódicos de papel son mucho más baratos comparados con España, y sin embargo, esos periódicos funcionan como empresas y pagan sueldos dignos a sus empleados mientras que en España sucede lo contrario.

¿Por qué esa diferencia? Hace unos días era el gratuito ADN tanto en papel como la edición digital. ¿Por qué caen como fichas de dominó las empresas informativas? La crisis económica causa estragos, es evidente. Cae la publicidad, caen los lectores y la empresa sin ingresos no puede pagar ni salarios ni a proveedores. Esto pasa en España. En Francia, Italia o Alemania, las empresas mantienen un buen nivel de ocupación y salarios dignos. ¿Por qué? Hay algo que sí pueden hacer los lectores: quid pro quo. Dar por lo que reciben. Hablamos de los lectores a través de internet. Hay algo que hacen allí, y no hacemos aquí. Son muchas las diferencias entre las empresas de otros países y las de España. Pero el usuario es el mismo: hombres y mujeres que leen.

Noticias de ayer Estamos de acuerdo en que la industria editorial es una de las que sufre con más violencia el embate de la crisis. A la crisis económica se suma la crisis del modelo industrial. Actualmente asistimos a una paradoja: pagamos por las noticias de ayer y son gratis las de hoy, las de ahora. Si eres abonado a Orbyt o a Kiosko, pagarás por leer el periódico a medianoche noticias que al amanecer serán noticias pasadas, obsoletas. Sin embargo, las noticias de hoy, de ahora, se regalan en internet.

Sí funciona Sí funciona cuando existe un quid pro quo; doy a cambio de lo que recibo; doy algo por un servicio. Igual que con mi trabajo: produzco y recibo algo a cambio. En otros países el método funciona por responsabilidad de todos. Pago los cigarrillos, el café, el desayuno, el metro o el autobús, o la bicicleta. Pago a cambio de algo... Y a mi me pagan mi salario. Pero hay una excepción: internet. Internet es gratis. Y no. Este "gratis" no funciona. En realidad es veneno. Es matar al periodista, al fotógrafo, y al periódico.

Culpables y qué hacer ¿Por qué en España consideramos que en internet todo es o debe ser gratis? ¿Por qué? Todos sabemos que detrás de cada línea que leemos en internet hay al menos una persona que la escribe: recoge información, ordena la información, la presenta en forma de sitio web. La gente que trabaja en internet no vive del aire: tienen un techo, una mesa, y un montón de facturas, como todos. ¿Por qué nos vemos a estas personas cuyo trabajo tanto nos gusta? Quizá porque estemos un poco ciegos y cegados por la rabia: Todos pagamos en su día nuestra primera conexión a internet con un gran esfuerzo. Sabíamos que la conexión era la más cara de Europa -y lo es- pero hicimos el esfuerzo económico. ¿Cómo nos resarcíamos entonces? Unos dejaron de comprar el periódico, otros comenzaron a descargar sin parar... Cada uno a su manera rentabilizó aquel gasto. Y aún seguimos un poco cegados por aquella rabia de pagar la conexión más cara a Telefónica, Vodafone, Orange... y lo pagamos con ¿Público, El Mundo, La Razón, o el Diario del Barrio?. Y no. Lo pagamos con los curritos de esas empresas especialmente. Y no debiera ser así.

Educación básica ¿qué hacer? Leyendo sobre un taller de periodismo e internet para adolescentes en Munich comprendí la diferencia. Los jóvenes alemanes por ejemplo, saben que "deben" pagar por lo que reciben. A los niños en Alemania, Holanda, Dinamarca, les educan así: si tomas algo, debes poner algo. Y que si leen su revista de fútbol, o de pasatiempos, o los deportes en un periódico de internet, saben que "deben" pagar. Y pagan. ¿cómo? pagan dando un click en la publicidad. ¿Cuántos de ustedes han dado un clic en la publicidad para pagar por la notica que leen en su periódico favorito? ¿Cuántos de ustedes pagan al periodista y al fotógrafo dando clic? Es educación básica, y es así de crudo: quid pro quo; doy a cambio de algo. Y funciona en casi toda Europa. Dar un clic es lo que marca la diferencia.

Cli-Pagar Todos los días utilizamos páginas y sitios web para nuestro entretenimiento, trabajo, información... etc. ¿cuántas veces hemos cli-pagado? ¿cuántas veces hemos echado gasolina para que el vehículo de información siga? Una pregunta para quienes leen este post sobre Público. Este link lleva a una serie de sitios de internet dedicados a Madrid ¿cli-pagaríais si visitas alguna de estas páginas?

Ejercicio práctico para visitantes de MADRID digan si CLI-PAGARÍAN o no por visitar alguno de estos sitios de internet dedicados a Madrid

Prueba propuesta el 15 de enero.