18.5.12

¡Paga, periodista!


¡Paga, periodista!

La venta del Huffington Post ha puesto sobre la mesa un asunto controvertido. Si se hace periodismo de información, opinión, o ambas cosas, hay que pagar por ello.


Un blog es periodismo que incluye opinión, información, y una mezcla de intuición, vaticinio o conjetura. También es periodismo, y merece una remuneración.


Quienes escriben en un blog merecen un reconocimiento moral o pecuniario por su trabajo. El Huffington Post ha sido vendido por 30 millones de dólares a AOL. Los periodistas-blogueros no vieron un centavo por haber mantenido sus blogs (100 en total) actualizados generando tráfico y clientes para Huffington Post. 


Los blogueros parecieron conformarse con el reconocimiento moral hasta que la propiedad vendió por una suculenta suma el producto. Entonces exigieron su parte.


El periodismo siempre ha sido una actividad rodeada de un aura de prestigio; los periodistas, en cambio, según y cómo disfrutaban de ese reconocimiento. Del trabajo de los periodistas se informa la opinión pública con informaciones, reportajes, comentarios, y hechos. Periodismo no es subir una fotografía a facebook, aunque la fotografía sea noticia. Periodismo en internet es más que eso, como lo demuestra el éxito del Huffington Post, por ejemplo.


Por este agujero negro de cualquiera puede colgar/publicar una fotografía, hacer un comentario o escribir un texto, se ha colado como información lo que no es tal; por periodismo lo que es otra cosa; y como periodistas, todo aquel que publicaba en la red.


Este agujero negro ha tenido consecuencias dramáticas en el periodismo: la primera, es que se infravalora por parte de la sociedad el trabajo de los profesionales. La segunda, es la pérdida imparable de puestos de trabajo en la presan tradicional, y la precarización del trabajo periodístico en internet.


Si, además, los periodistas abanderan el "todo gratis" en internet -algo común en algunos países, no en otros- la ciudadanía imitará también el comportamiento de los líderes de opinión, de los periodistas. En este caso, imitarán el mal comportamiento: dar como periodismo lo que no es tal, y aceptar el todo gratis.


Internet, y el periodismo que se hace en internet, está soportado en el mismo pilar que el periodismo escrito, radiofónico o del mundo audiovisual: la publicidad.


Sin embargo,la publicidad en internet está poco reconocida, mal valorada, también entre los periodistas y, por imitación, entre nuestros conciudadanos.


Como consecuencia de estos hechos entramos en una tormenta perfecta contra la profesión: todo el mundo es periodista, falta de liderazgo en la valoración del buen periodismo, y mala relación con "la publicidad." Todos los profesionales de la información sufren una merma tanto en reputación como en ingresos por el trabajo. 


Un buen remedio es retomar el liderazgo en la opinión pública: el periodismo se paga, la forma de pago es aceptar la publicidad en blogs y sitios de noticias. Por consiguiente, es cuestión de hacer pedagogía: si se favorece o fomenta  la publicidad, alimentamos el buen periodismo. 


Si el periodista valora-incentiva el buen hacer en internet de otros colectivos, esta actitud puede invitar al cambio en los ciudadanos y a recuperar un prestigio profesional que merma día a día. Se valora el buen hacer valorando la publicidad, o con buenos comentarios sobre el que escribe.


¿Por qué fue un éxito el Huffington Post? ¿Por qué tiene éxito el periodismo en internet en Francia, Holanda o Alemania? ¿Por qué su éxito es tan raquítico en España? 


La respuesta es sencilla: la relación amor/odio a la publicidad, que en España, es rechazo-desprecio. Esta relación se traduce en buenos ingresos en Alemania y Holanda, por ejemplo, y míseros ingresos en España: la ciudadanía no ha sido educada en pagar por lo que recibe.

1 comment:

Anonymous said...

Por qué Público no ha sido un mini Huffington Post en España... está perfectamente explicado. http://jagvaldezate.blogspot.com.es/2012/01/publico-es-otro-aviso-que-hacer.html