15.5.17

Eurovisión, de la música al espectáculo exterior

Semana de drama por haber ocupado la última posición en Eurovisión. Las críticas atentan contra Televisón Española, por su escasa capacidad para escoger un representante musical con un mínimo de garantías. Este año los espectadores han repartido las quejas entre quienes cooptaron al candidato, pero, lo cierto, es que desde la elección del Chikilicuatre no se recordaba (¿o sí?) un fiasco igual.

Resumiendo antecedentes: El público no votó por el candidato finalmente electo, y fueron los votos de los críticos quienes cooptaron a Manel Navarro, el cantante catalán que defendería a España en el Festival. Un gallo en la final, en una nota alta, mató su canción; el tema no resultó "pegadizo" y el jurado internacional no tuvo piedad.

Javier Cárdenas, Virginia Díaz y Xavi Martínez, el jurado profesional de tve, han marcado sus carreras públicas con una muesca negativa en sus antecedentes artísticos. Y esta marca será la carrera musical del intérprete catalán Manel Navarro la que tope con un punto y final. Como en su día fue el Chikilicuatre. ¿A qué se dedica quien entonces llegó a lo más alto con una chirriante canción y un look cuasi-balcánico? Look cuasi balcánico con una minúscula guitarra, un tupé exagerado, una delgadez de "pasarela" y un desparpajo jamás visto: puso a una bailarina a "dar tropiezos" de baile en el escenario ¿lo recuerdan?

Del ChiquiliKuatre nadie sabe nada hoy en día. Tampoco sé cuál fue la grafía correcta en su momento. Manel Navarro cayó por la incompetencia de los organizadores, y la incomparencia del talento en un festival que lleva demaiados años dando calabazas a la industria musical española.

Todo el mundo en Europa, todos los europeos quieren venir a España una, dos o tres semanas de vacaciones y compartir una canción con el resto de los conciudadanos. Televisión Española debería percatarse de este filón. Y si los organizadores no aciertan nunca, cambiar.

Ha caído Manel Navarro, esta vez, dándolo todo por la canción, por el arte, y por su valía profesional ¿cuántos más deben caer?

Xavi Martínez -el joven, aunque suficientemente preparado para esta lid (quiero suponer)- justificó su sentencia favorable a Manel Navarro en un tuit,

xavimartinez

¿Quién recordará en el futuro a Manel Navarro? Por delante tiene toda su carrera este joven catalán. ¿Quién se acuerda de Barei? Barei actuó en 2016 con una canción en inglés -la primera vez que España intervenía en inglés- en este idioma cantaron 33 participantes este año. ¿Algo sobre Barei? (Ocupó el puesto 23 entre 26 por votación popular).

¿Os suena «Dancing in the Rain» de Ruth Lorenzo? Posición undécima. ¿Recordáis 2010? Durante la actuación de Daniel Diges por España saltó al escenario el "espontáneo" profesional de nombre artístico "Jimmy Jump" (alias de Jaume Marquet i Cot para la policía) que fue desalojado tras medio minuto de "ocupar" el escenario. Este año Daniel Diges cayó al puesto 20 por el jurado, mientras que el público le situó en el 12.

En definitiva, Eurovisión ha pasado de ser un festival de la canción a convertirse en un programa de televisión con mucha repercusión en las redes sociales y nula proyección para los profesionales que intervienen en representación de España.

Algo falla en la base; y si como este año, las bases no solo no son escuchadas, sino que con una triquiñuela organizativa son obliteradas, nos encontraremos que Eurovisión dejará de ser un programa de televisión para convertirse en un funeral de cantantes que suben al escenario europeo a batirse el cobre; y detrás de estos jóvenes profesionales de la canción -a veces no tan jóvenes- la burocracia organizativa recrea una batalla de egos por ver quién impone su capricho para mandarlo a los escenarios de Eurovisión.

Elegir representante para Eurovisón debe ser asunto exclusivo de las bases, sin trucos, trampa ni cartón. Y los profesionales permanecer fuera de la zona de decisión ¿Qué saben los tres jurados de Tve sobre música? La terna electa por la organización de Televisón Española debe permanecer en segundo plano y sin capacidad de torcer la voluntad popular. Los jurados técnicos o profesionales de este Eurovisión 2017 no saben lo bastante de música, como hemos visto. Por consiguiente, que sean las bases quienes asuman la responsabilidad de fomentar el talento.

Por el contrario, esta terna ha sabido situarse "en el candelabro" mediático, a pesar de que su elegido ha fracasado. Doble yerro para la organización, Televisión Española. Si TVE no puede, que privatice la organización del Festival. Si la burocracia ahoga el talento; si los egos "técnicos" quieren usurpar el talento, que TVE delegue en uan cadena privada la organización del Festival. Punto.

Y que sean las bases, en exclusiva, quienes decidan. Manel Navarro, con o sin gallo, cualquiera que hubiera sido su puesto en la final de Kiev, Ucrania, no vería su carrera "tocada" por un baldón, un fracaso. Y no sería así, pues el público, sus votantes, las bases, le rescatarían incluso del averno. Porque el público es soberano, y su fuerza, bastante.

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