19.7.06

Justificable / Injustificable

Justificable
Darío Valcárcel en ABC

¿Hay algo que explique la respuesta de Zidane? Sí. A la altura del 2006, todas las trampas son posibles en un equipo italiano.

Italia ha sido faro de Europa, hasta el siglo XVIII. Un faro sin unidad (el estado arranca de 1870). Pero su irradiación ha sido tan potente que todos, ingleses, alemanes, españoles, franceses, rusos, han bebido de ese generoso río, desde tiempos del milanés san Ambrosio hasta el napolitano Gianbattista Vico. El tiempo puede, sin embargo, cambiarlo todo.

El Colosseo y el Panteon siguen en su sitio, pero la Italia de hoy respira ese enrarecido aire de prostíbulo meridional -moscas y confidentes- de las películas de Pasolini. Excluimos, claro, a empresarios grandes y pequeños, líderes sindicales, profesionales libres... Pero una sordidez de fondo late en el país: no se explica si no que la Italia más despreciable, la de Silvio Berlusconi, haya ocupado la dirección del gobierno, mientras trataba de comprar jueces, funcionarios, ministros, árbitros, policías... No se tiene en vano a la mafia dentro de casa.

Llega un día en que los ladrones dan el salto ¡Dios asista a Romano Prodi y a su coalición! Zidane cumplió con las reglas de honor de la kabilia. Herido en el hombro poco antes, supo contestar al ataque. Es lo que muchos esperaban de este formidable bereber, crecido en durísimas condiciones. «Este campeonato es tan hermoso... Ojalá durara años», murmuraba minutos antes de comenzar la final.

Entre tanto, los alemanes descubrían, a pesar de la derrota, el amor a su bandera. Francia, criticada tantas veces con interesado rencor, daba una lección. Makelele, Abidal, Vieira, explicaban, sin necesidad de palabras, qué es una sociedad integrada. Zidane ha sido oficialmente aclamado como mejor jugador del Mundial.

Del partido final queda el gol de penalti de Francia, el cabezazo despejado por Buffon, los prodigiosos pases a Thierry Henry... Francia perdía la ocasión de recibir el título con dignidad. Un racista italiano caía al suelo. Último cabezazo magistral de Zidane.

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Injustificable
Carlos Semprún Maura en Libertad Digital

Todos le consideran como un héroe, cuando es el principal culpable de la derrota de Francia. Sin su "cornada" de gamberro bestia, y su justificada expulsión, podría haber tirado su penalti y, probablemente, no lo hubiera fallado.

La unanimidad chovinista exalta su coup de boule de chulo de barra y acusa al italiano Materazzi de todos los crímenes y, sin la menor prueba, de racista. Zidane, por lo tanto, debía defender su honor, demostrando su hombría con la cabeza. Materazzi ha reconocido, sin embargo, haberle insultado, precisando que era uno de los insultos más frecuentes en los partidos. O sea, "hijo de" o "que te den por". Pero jamás le trató de "terrorista".

El tipo de insultos que la prensa inventa y le atribuye a Materazzi son muy sintomáticos de una mentalidad progre rastrera y de sus profundos complejos racistas, precisamente. Zidane es el capitán del equipo de Francia, pero no pueden olvidar que es "de origen argelino", porque les molesta. El único que en este delirio nacionalista me pareció sensato fue Philippe Tesón, periodista, ex director de Combat y del Quotidien de Paris, que se enfureció, exigiendo que no se hablara tanto de moral, de patriotismo y de política cuando se trataba exclusivamente de deporte.

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Usted ¿qué opina? ¿merece sanción el cabezado de Zidane? ¿Merece sanción Materazzi? ¿Qué tipo de sanción?

17.7.06

Los 'insultos' de Zidane

El "caso Zidane" avanza a velocidad de crucero. Su cabezazo y posterior expulsión, sus declaraciones, el no pedir perdón, el proceso contra el agredido-insultador Materazzi, todo ello ha tenido repercusión global. Mayor repercusión que la sentencia judicial italiana que condena a tres equipos a un castigo vergonzoso. El asunto Zidane dará todavía para mucho.

Hay algo en mitad de esta tormenta global que todavía no se ha dicho y que dejo por escrito.

La prensa francesa habla de 14 expulsiones en la carrera de Zinedine Zidane, 7 de ellas por agresiones directas. Falta un resumen de cada expulsión, un resumen de sus tarjetas amarillas como profesional. Me queda esta pregunta:

¿A cuántos jugadores insultó Zidane en sus años de profesional? ¿A cuántos ridiculizó? Dejamos la pregunta por escrito, para que la lea usted en primicia mundial. Zinedine Zidane ha participado en las ligas más competitivas del mundo: Francia, Italia, España... ha jugado frente a equipos de todo el mundo... ¿a cuántos jugadores insultó, ofendió, humilló, maltrató de palabra o agredió verbalmente?

¿Cuántos "coup de boule" le 'deberían' a Zinedine Zidane otros profesionales por el comportamiento del ídolo francés en el campo?

13.7.06

Primeras declaraciones de Zinedine Zidane

Traducción de lo declarado en C+ Francia por Zidane sobre su incidente con Materazzi

Entrevistador: Usted conoce bien a los jugadores italianos porque usted jugó en Italia durante cinco años. ¿Tuvo usted algún problema con alguno de ellos en aquella época?

Zinedine Zidane: En absoluto. Siempre se tienen roces con algunos jugadores... es parte del juego, siempre ha sido así. Pero nunca tuve un enfrentamiento con ninguno de ellos.

Entrevistador: ¿Tampoco con Materazzi?

Zinedine Zidane: No, nunca. No hubo nada antes, y nada durante el partido hasta que empezó a tirar de mi camiseta.

Me agarró de la camiseta y le dije que parara. Le dije que si quería, la podría cambiar por la suya al final del partido.

Es entonces cuando dijo unas palabras muy duras, palabras más duras que los gestos. Y las repitió varias veces. Todo ello sucedió muy rápidamente y habló de cosas que me hirieron en lo más profundo.

Entrevistador: Todo el mundo quiere saber exactamente qué dijo Materazzi...

Zinedine Zidane: Fueron cosas muy graves, cosas muy personales

Entrevistador: ¿Sobre su madre y su hermana?

Zinedine Zidane: Sí. Fueron palabras muy duras. Cuando las oyes una vez, intentas alejarte. Pero lo repiten dos veces, y luego una tercera... soy un hombre y algunas palabras hacen más daño que los gestos. Hubiera preferido un puñetazo en la cara antes que oír aquello.

Entrevistador: ¿Dijo esas cosas sobre su madre y su hermana dos o tres veces?

Zinedine Zidane: Sí. Reaccioné y por supuesto es un gesto que no se debe hacer. Y digo esto con toda claridad. Lo vieron dos o tres mil millones de personas en la televisión y millones y millones de niños.

Ha sido un gesto imperdonable y para ellos, sus profesores y educadores, cuyo trabajo es enseñar a los niños lo que deben y no deben hacer, y quiero disculparme.

Entrevistador: Usted se disculpa ante ellos ¿pero lamenta usted verdaderamente haberlo hecho?

Zinedine Zidane: No puedo lamentarlo, porque si lo hago, sería como admitir que él tenía razón al decir aquello. Y por encima de todo, no tenía razón.

Siempre hablamos de la reacción, e inevitablemente debe ser castigada. Pero si no hubiera provocación previa, entonces no habría reacción.

Lo primero de todo es que hay que reconocer que hubo provocación. Y el culpable es el que obra como provocador. La respuesta es castigar siempre al que reacciona, pero si reacciono es porque hubo algo antes.
¿Acaso cree usted que en una final de la Copa del Mundo como esta, a solo diez minutos del final de mi carrera, voy a hacer algo como aquello porque me produce placer?

Entrevistador: Por supuesto que no. Pero en el momento en que usted estalló...

Zinedine Zidane: Hubo una provocación, y eso es muy grave, eso es todo. Mi accion fue inexcusable, pero se debe castigar al verdadero culpable, y el verdadero culpable es el que provocó eso.

11.7.06

Conmoción en el deporte global

La final de la Copa del Mundo Alemania 2006 entre Italia y Francia ha abierto un debate que va más allá del meramente futbolístico y entra en el terreno de la Deportividad y de la Ética con mayúsculas.

Además del análisis táctico que sigue al desempeño de las selecciones finalistas en Berlín, en la final se produjo un episodio que tendrá grandes repercusiones. Serán consecuencias tanto en el plano personal de sus protagonistas en el terreno de juego; especialmente del capitán francés Zinedine Zidane, en el resto de los jugadores y en la labor de los árbitros, en este caso, del cuarto árbitro, el español Luis Medina Cantalejo.
A los árbitros corresponde mejorar el arbitraje; y mejorar al mismo ritmo que mejoran los deportistas para demostrar que día a día pueden desempeñar mejor su misión arbitral.
A Zinedine Zidane le corresponde lavar este borrón con el que ha cerrado su gloriosa carrera deportiva, trayectoria que le había llevado a ocupar un lugar en el Olimpo del deporte mundial.
Al resto de jugadores, y especialmente a los italianos, les corresponde aclarar con exactitud qué intercambio de frases hubo dentro del área y qué le dijo Materazzi por la espalda a Zidane que le llevó al capitán francés a girarse sobre sí mismo y asestar un cabezazo en el pecho del defensor italiano.
En la actitud de los árbitros, de Zidane y del resto de jugadores veremos si se escribe una página de juego limpio, si imperan los valores de la Deportividad, o si las páginas oscuras del fútbol permanecen ocultas por voluntad de sus propios protagonistas.
En estos momentos, cada uno de los protagonistas tiene la pelota en su tejado. La Deportividad con mayúsculas depende de cada uno de ellos: árbitros, jugadores italianos y su federación, y, principalmente, de Zidane, quien debe dar el primer paso.