21.5.13

Ancelotti se complica: Benítez o Laudrup y Schuster


La negociación para traer a Ancelotti a Madrid y reordenar el banquillo y el área técnica, se complica. Y puede acabar mal, para el PSG y para el Real Madrid.

Lo que en un principio parecía una cuestión de sentarse a negociar y alcanzar un acuerdo, se ha trastocado en una lucha de egos. Por un lado, Florentino y el Real Madrid, enfrente, el jeque y el Paris Saint Germain. Nasser Al-Khelaifi o en su trascripción más castellana Nasser El-Jelaifi, representante de Qatar Investment Authority, accionista único del club galo.

Asesorado por Leonardo, El Jelaifi aprieta los dientes, y amenaza con retener a Ancelotti si no es a cambio de jugadores del Real Madrid. Y no se han fijado en Coentrao, sino en Ramos y Alonso; hablan incluso de una oferta estratosférica por Cristiano Ronaldo. 

Saben los del PSG que si Ancelotti se va, el tercer tapete donde se juegan las copas de Europa está en los despachos: la capacidad de desmontar al equipo rival quitándole algún jugador  de referencia: ese miedo a que Ancelotti se lleve a los mejores, vuelve el sentido del honor y del orgullo del jefe "imposible" al diálogo y la negociación.

Un entrenador no sólo entrena al primer equipo, es también el catalizador de una forma de juego, el canalizador de una planificación que puede durar años: el alma deportiva. 

El París Saint Germain ha vuelto a ganar la Ligue, y el equipo francés quiere ser alguien en Europa. El objetivo del jeque es ocupar el lugar del Olympique de Lyon y del Olympique de Marsella, para entrar en la élite de los clubes europeos, entre la docena de los que mandan. Y Ancelotti, el entrenador, es una pieza esencial que no pueden dejarse "robar."

El orgullo herido, la ofensa de verse privados de su entrenador y sus "ases" por un club "histórico" en Europa y el mundo, hacen del jeque un hombre irrascible y que retendrá a Ancelotti sin temor por que se agote su inagotable manantiel de dinero.

En el Real Madrid, las opciones son Ancelotti ahora o después. En diciembre, o en junio del próximo año. Los principales clubes de Europa cambiarán de entrenador en la próxima campaña: el Manchester United por jubilación de Alex Fergusson; el Bayern de Munich ha fichado a Guardiola; el Chelsea, a Mourinho; incluso el FC Barcelona busca reemplazo para Vilanova. 

Estos cambios en el banquillo traen como consecuencia deportiva resultados inciertos hasta que los jugadores asimilan en el campo de juego las ideas del entrenador. La operación suele llevar meses, y acarrea derrotas y resultados difíciles. 

Este impasse es la puerta que se abre para un entrenador "puente." Benítez es el nombre que más suena -por experiencia internacional y por haber pasado ya la prueba de ser interino con el Chelsea-. Bernd Schuster sería la segunda opción con vistas a preparar un equipo potente contra la nueva potencia emergente Alemania. Laudrup, el danés, ha ganado enteros, aunque carece de regularidad como entrenador en competiciones europeas.

Nadie olvida el poderío del Getafe cuando con Laudrup como entrenador hizo temblar al todopoderoso Bayern tanto en el Allianz Arena como en Madrid. Y estos datos cuentan. Bernd Schuster como revulsivo pudiera dar buen resultado. Bernd Schuster sueña con ser el primer entrenador bávaro del Bayern en la historia. Para logar su sueño, deberá suceder a Guardiola. Para suceder al catalán, hay que superar sus prestaciones.

El resto de nombres son opciones que cuentan, a modo de inventario. Incluyendo a Jupp Heynckes, el alemán que hundió los restos del FC Barcelona con un rotundo 7-1 en dos partidos.

Benítez y Schuster vuelven a sonar, aunque solo fuera hasta diciembre, o hasta que Ancelotti quede libre del contrato y de la tozudez del jeque.

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