Los políticos electos reflejan en sus actitudes los comportamientos de la gente de la calle. En Japón puede dimitir un ministro por una pequeña deuda. En Alemania dimiten por haber "adornado" su currículum con una tesina copiada, por ejemplo.
En España, los políticos no solo no dimiten, sino que se aferran al cargo aún después de haber sido pillados con las manos en la masa.
Pongamos un ejemplo, el caso del Alcalde de Jun, @JoseantonioJun que está en tuiter y en las últimas horas, en el escenario principal de la red social debido a su polémica sobre los ex-ministros que cambian la cartera de su ministerio por un cargo en una gran empresa cuando abandonan la política.
En el debe del alcalde de Jun @JoseantonioJun me gustaría decir un par de cosas. En primer lugar, es bueno tener la casa limpia antes de meterse a limpiar el honor de otros. El Sr. Alcalde de Jun menciona el caso de los ERES en Andalucía desde el 1 de septiembre solo una vez, aquí:
Ahora @_susanadiaz tiene la oportunidad de demostrar que quiere acabar con la corrupción dejando la era bien limpia de personajes de EREs— Alcalde de Jun (@JoseantonioJun) September 5, 2013
El caso Bárcenas aparece en 12 ocasiones, y en este, el sr. alcalde añade un toque humorístico:
Lo de los ordenadores de #Barcenas tiene explicación: Ana Botella vio que uno tenía una manzana (apple) y el otro una pera y #FindelaCita— Alcalde de Jun (@JoseantonioJun) August 31, 2013
Sólo he buscado estos dos ejemplos en casi 40 días de tuiter, desde el 1 de septiembre. Y me da que estos ejemplos ilustran el comportamiento de muchos políticos en España. Exigen honradez y ética a los demás como artificio para ocultar el comportamiento "de los míos."
Una forma de corrupción es arramplar con el dinero de otros y salir pitando, como fue el "caso Roldán" llevándose el dinero de los huérfanos de la Guardia Civil. O como son los ERES falsos, llevándose el dinero de los parados de Andalucía. O las facturas falsas de la UGT en Andalucía "tangando" dinero a los parados.
Otra forma de ser corrupto es "olvidar" la corrupción de los suyos, y exigir responsabilidades a los demás. Me temo, sr. Alcalde de Jun, que, en primer lugar, usted no mejora en nada a la clase política actual.
En segundo lugar, usted contribuye con su "time line" a mantener oculta, velada, en la zona oscura, a 'una determinada casta política' (los nuestros). Y lo hace con un partidismo impropio de quien hace pasar a otros políticos un "examen de ética".
Y, en tercer lugar, usted, con un falso debate sobre los ministros (ex) y sus cargos en consejos de administración de grandes empresas que ocupan después de abandonar la política, se apunta a la
demagogia.
Con su denuncia contra los ex-ministros, usted busca una víctima propiciatoria, una cabeza de turco que lanzar a los cuatro vientos del tuiter, mientras la corrupción avanza en Andalucía, su tierra, donde faltan voces dentro de su propio partido para deshacerse de corruptos y adecentar unas siglas y 30 años de gobierno en la Junta.
Doy la razón al ex ministro Jordi Sevilla en este tuit
En 35 años pasamos de "todos los empresarios roban" a "todos los políticos son corruptos" pasando x "todos los parados son vagos". Enfin.— jordi sevilla segura (@sevillajordi) October 7, 2013
Pues eso, que falta valentía, y sobra desplante tuitero. Desplante, rae: 1. m. Dicho o acto lleno de arrogancia, descaro o desabrimiento.
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