Ética con el dinero de otros

Sigue el rastro del dinero... sigue a la mujer... Hay frases que encierran dentro de sí todos los secretos. ¿La cámara en el cine debe seguir a la mujer? ¿Si seguimos el rastro del dinero conoceremos mejor a las personas?

Echemos mano de la nueva alcalde de Madrid, Manuela Carmena, comunista de formación, y jueza por haber pasado los preceptivos exámenes. Su izquierdismo radical ¿dónde se encuentra?

Podemos seguir el rastro de la dama, como en el cine. Veremos a una señora que habla y gesticula para defender a las masas proletarias -en este caso, desahuciadas-; veremos a una señora que ordena a los jueces parar desahucios; seguimos a una señora que dice entrevistarse con banqueros para "estopar" desahucios (estopar, del verbo stop). Y todo ello con el dinero de otros. 

Porque los bancos dependen del dinero para parar o no un desahucio. Y si el banco no le saca el dinero al hipotecado, entonces de otra bolsa lo sacará. Sobre esta premisa de devolver los créditos se basa todo el sistema económico en el mundo. Si usted no devuelve los créditos, acaba como Grecia, expulsada del mundo civilizado, y nuestra alcaldesa ¿quiere sacar del mapa a los madrileños? Esto respecto de la actividad pública.

¿A dónde nos lleva el rastro de su dinero? Porque examinar el camino del dinero propio implica adentrarse en asuntos muy personales.

Según informaciones ampliamente difundidas por la prensa de Madrid -de derechas- la señora Carmena vive en un barrio de clase alta, con una pensión de clase alta y rodeada de las cosas que son menester en la clase alta: vehículo de alta gama, y comodidades propias (por ejemplo, nadie ha vuelto a ver a esta señora sexagenaria en bicicleta desde hace unas semanas).

Si vamos un paso más allá, en la prensa de derechas, conoceremos el caso de su esposo -empresario- que parecía no pagar a sus empleados y así durante meses hasta que fue denunciado. ¿Y qué pasó? 

Pues que el marido-empresario de la Señora Jueza no respondió ni con los bienes de su empresa ni con los suyos propios para pagar a los obreros: se declaró insolvente y pobre; eso sí, después de haber pasado -por vía judicial- todos sus bienes personales a una cuenta compartida con su mujer -la jueza- para no ser embargado.

Elijan ustedes cuál es la ética de esta señora alcalde de Madrid. Una ética con el dinero público; y una ética diferente con su dinero privado. 

¿A ti lector, te parece que hay conflicto de éticas?