9.3.12

Reforma laboral y ojos achinados

Leyendo la reforma laboral y algunos comentarios sindicales al respecto, tengo que decir que se me han quedado los ojos achinados.

En primer lugar, quiero hacer constar mi queja porque nos toman por tontos. Cuando la ley dice -o decía- que un despido improcedente será indemnizado con 30 o 45 días, respondo que nos toman por tontos.

¿De dónde salen estos 40 días? Estos 40 días, por poner un número redondo, salen de una antigua ley incardinada casi en el "Fuero del Trabajo." Son leyes viejas de varias décadas. Digo esto porque es tiempo suficiente para que espabile todo el mundo currante, porque el empresariado ha aprendido la lección.

¿Qué lección? Los empresarios después de tanto tiempo saben que un trabajador consta de: salario bruto + beneficios + 40 días por año. Es decir, cuando un trabajador firma su contrato de trabajo, ese trabajador producirá por importe del salario bruto + beneficios para la empresa y también producirá los 40 días de indemnización. Los empresarios no son tontos.

Esos 40 días indemnizables, es un dinero que el empresario se guarda en su bolsillo, para caso de despido. Pero es un dinero que ha producido el empleado. Es una cantidad debida al currante, pero que las leyes por arte de 'birlibirloque' hurtan al obrero y entregan directamente a la cuenta del empresario.

Hay trabajadores con 20 años de antigüedad, o más, que tendrían derecho a una indemnización por dos años de salario -a veces más-. El importe de esta indemnización procede en realidad de beneficios producidos por el obrero, y no abonados por el empresario. Así de claro.

La empresa ha retirado a todos los currantes "la indemnización" de 40 días, que abonaría en caso de despido, pero despido improcedente. Si el trabajador abandona por voluntad propia la empresa (un trabajo más cerca de su domicilio, un ascenso, etc.,) el trabajador "pierde" todos los derechos sobre unos dineros ganados con el sudor de su propia frente.

Rajoy y el PP, en compañía de otros, han decidido esquilmar un poquito más a los currantes, pero sigue el cuento. Si antes eran 40 días de trabajo no abonados año tras año, con la nueva ley reformada, serán 20 días de salario no retribuido que el empresario se guardará en su bolsillo.

Hubiera preferido que esos 40 días se abonasen año tras año a su justo propietario: el obrero. De hecho, en muchos países se hace así, se paga todo, "todo" al empleado. Y si la empresa va mal, se le indica al personal que se busquen otra empresa.

En España nos hemos creído el "cuento" de la indemnización por despido, como si se tratara de un dinero que el patrón debe rascarse de su bolsillo. Y no. El patrón sabe que ese dinero pertenece a quien se lo ha ganado, el obrero; y sabe también el patrón que por un truco legal, puede quedarse con ello, o lugar en los tribunales por ello.

Quien se ganó esos 40 días es el obrero con su trabajo. Cualquier empresario sabe desde hace años que un obrero consta de, como ya indicamos: salario bruto + beneficios + 40 días de indemnización.
Las viejas leyes de economía hablaban de factores de producción: tierra, trabajo y capital. Ahora las empresas entran también en esos factores de creación de riqueza.

No solo es esto lo que me deja con los ojos achinados. Hay más. Porque el gobierno se ha lanzado a tumba abierta a proteger "la empresa" y, además de la pérdida efectiva de salarios ganados y retenidos, el trabajador con esta crisis ("no crisis" de Zapatero) perderá muchas cosas, entre otras.

La empresa podrá despedir directamente si sus ventas disminuyen y sin necesidad de entrar en pérdidas. Si los planes de la empresa cambian, por ejemplo, externaliza servicios, también podrá despedir.

Si falta el trabajador dos semanas al curro, aunque sea por causa justificada (baja por enfermedad) también puede despedir.

Por competitividad, productividad u organización, te pueden bajar el sueldo; por cuestiones técnicas, económicas, o de organización, te pueden cambiar de turno, horario, o sistema de remuneración...

Ojos achinados, me ha dejado la reforma. Si el Sr. de Mercadona dice que tenemos que trabajar como chinos, largas jornadas y mucha productividad, la empresa debería pagar a los currantes exactamente eso: largas jornadas y productividad. ¡Ah! y los salarios de las "supuestas" indemnizaciones. Porque esos 40 días, o 20 como lo quieren dejar ahora, no nos engañemos, son dineros que pertenecen a quien se lo ganó, el trabajador.

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