20.7.12

Sánchez Gordillo, Aznar y Merkel


El mérito para quien lo trabaja, también podríamos haber titulado la entrada de hoy. Los nombres propios que encabezan el artículo lo son porque comparten ideas o actividades.

Por ejemplo, el Sr. Sánchez Gordillo es alcalde de Marinaleda, una localidad andaluza donde no hay paro, no hay especulación inmobiliaria, hay una vida social activa, y la gente vota al Sr. Sánchez Gordillo -maestro de formación y dirigente campesino de larga trayectoria- una y otra vez. Su último triunfo ha sido el acta de diputado lograda en su circunscripción para la Junta de Andalucía, donde su partido-coalición gobierna con los socialistas.

El Sr. Sánchez Gordillo comparte con José María Aznar -en la parte que a éste le corresponda- la idea de que los políticos no deben poner precio al suelo. Cuando se redactó la ley de suelo en la época del presidente Aznar, una de las ideas clave de la misma era que los políticos no debían poner precio al suelo; al contrario, los ciudadanos tendrían libertad para, por ejemplo, adquirir terrenos y edificar sin grandes complicaciones burocráticas. Aquella ley original fue recurrida y substancialmente modificada. El punto de liberalización, sin embargo, se mantuvo como teoría, y en algunos lugares, como Marinaleda, se practica: los políticos no deben poner precio (ni recargar) el precio del suelo.

Y ¿qué comparte el Sr. Sánchez Gordillo con Frau Angela Merkel? El diputado Gordillo comparte con la canciller Merkel una parte de la legislación alemana poco extendida y poco conocida en España. Esta legislación podríamos interpretarla como "reparto del trabajo" cuando este bien, el trabajo, se convierte en un bien escaso.

Alemania combatió los primeros rugidos de la crisis con dos medidas, ahorro y más trabajo. El ahorro, por ejemplo, es algo que la gente que vive en Madrid conoce, pues desde 2008 se empezaron a realizar algunos recortes en el gasto. El segundo, el reparto del trabajo, se realiza en Alemania más o menos así (a grandes rasgos): La empresa comunica a los trabajadores o sus representantes que el volumen de trabajo ha disminuido y por tanto deberán reducir las horas trabajadas -y el sueldo en la misma protección- durante el tiempo que se mantenga la caída de actividad.

En esta situación de reducción de actividad, tanto empresa como trabajadores acuerdan reducir el número de horas trabajadas. A la reducción de horas sigue, naturalmente, la reducción de salario. Esta reducción en el salario se compensa con el seguro de desempleo; a veces, los trabajadores disfrutan de seguros privados de desempleo. De este modo, el empleado reduce su actividad -no hay trabajo- mantiene su salario, y mantiene, al menos temporalmente, la capacidad adquisitiva, siempre tan necesaria para "mantener la actividad productiva" en la mayor parte de sectores posibles.

Esto mismo sucede en las diversas cooperativas desarrolladas en Marinaleda: cuando hay trabajo para ocho horas, se trabaja y cobra por ocho horas. Cuando no es así, se ajustan las jornadas y las horas de trabajo a las necesidades de la producción.

Y otro tanto podemos afirmar en cuanto al tratamiento del suelo para la construcción: el ayuntamiento de Marinaleda adquiere los terrenos y sin modificar el precio, pone los mismos al servicio de los constructores (Autoconstructores) asesorados por albañiles y arquitectos municipales. Y sin incrementar los precios.

En ambos aspectos, la liberalización del suelo; y el reparto del trabajo el Sr. Sánchez Gordillo comparte sus principios con la liberal-conservadora Angela Merkel y con el conservador Aznar.

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