Siria en llamas, el Mediterráneo sobre ascuas
La situación en el Mediterráneo se deteriora sin remedio. Túnez no consigue estabilizar la situación. Libia sufre estallidos de violencia. Egipto ha elegido a un gobierno de Hermanos Musulmanes -islamistas favorables a la ley religiosa sobre las leyes civiles- y sigue en un precario equilibrio entre el Ejército y los Hermanos Musulmanes. Siria empeora día a día.
La aparente inacción de Europa y Estados Unidos hace que el deterioro en Siria se haga imparable. Incluso el presidente Assad habla abiertamente de guerra civil para describir la situación interna de su propio país.
Irán apoya a Assad y su gobierno aunque éste sufra deserciones y ataques a diario. Turquía no quiere ningún tipo de contaminación transfronteriza: sabe que tiene una minoría kurda (los kurdos están repartidos entre Turquía, Siria, Irak y otros estados) armada y en estado de alerta.
Rusia dispone de una importante base en Siria, y no quiere perder influencia no solo en el Mediterráneo -cuna del mundo musulmán- sino sobre Turquía y, especialmente, sobre los paíeses de tradición islámica que forman parte de su primera frontera, la de los ex países soviéticos, el extranjero próximo, como se conoce en política interna dentro de los muros del Kremlin.
Hoy la actualidad se acelera: está a punto de firmarse un acuerdo económico entre Rusia y Chipre por importe de 5.000 millones de euros.
Chipre es una isla peculiar. Está partida en dos. Una parte de influencia turca. Otra, greco-europea. En sus aguas se ha descubierto petróleo. Chipre es un inmenso portaaviones en el Mediterráneo y una permanente fuente de conflictos entre dos potencias rivales, Grecia y Turquía.
La actualidad se acelera. Los países del norte, Finlandia, han hecho pública una primera advertencia por boca de su ministra de finanzas: Finlandia puede abandonar el euro.
¿Qué significa todo esto? En primer lugar, arde el norte de África, y la situación puede empeorar. Siria está en guerra civil, y la situación empeorará. Egipto puede descarrilar de su primavera árabe... en defintiva, el Mediterráneo puede convertirse en un pequeño infierno en el sur. Mientras tanto, en la ribera norte, la economía hace aguas: Portugal, España, Italia, Grecia... sufren una auténtica ruina económica.
Rusia, con ese préstamo, toma posiciones en el Mediterráneo, sin apenas darnos cuenta y sin valorar debidamente la consecuencia de esa mega-inversión por importe de 5.000 millones de euros.
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