6.3.16

Cambios de pareja en un baile de 60 días y 60 noches

Parece que Sánchez y Rivera han logrado poner letra y música en estos días de trabajos a un acuerdo de gobierno. Es una partitura de unos setenta folios que, al quedarse lejos en votos de la magia de los 176 entrará ahora en danzas con otros partidos para alcanzar la mítica cifra.

Ciudadanos es un partido, dicen las encuestas, nutrido de votantes del PP. Y dice su trayectoria, acogedor de ex votantes socialistas catalanes mareados por la deriva nacionalista de los socialistas catalanes.

El PSOE es un partido machacado por los malos resultados electorales, elección tras elección, que ha podido maquillar en unos casos con acuerdos, y en otros tapando con mediocres resultados, los pésimos números efectivos.

Ambos, PSOE y C's invitan al resto de la concurrencia a sumarse al baile, pero con la letra y música de su partitura. Algo cambiarán de la misma, digo yo, con el fin de alcanzar el Rubicón de los 176.

El primer invitado a la danza ha sido Podemos, de Pablo Iglesias. Quien ha dicho que no -y de manera hiriente-. Además, C's ha declarado que jamás de los jamases pactará con los de Podemos. 

Este trío parece irreconciliable. Y en una disputa electoral, Podemos hace las cuentas de la lechera: si suma lo que pueda de una Izquierda Unida naufragada, otros cuantos descontentos con el pacto "a la derecha" de PSOE y C's, entonces superaría al PSOE y el director de orquesta sería Pablo Iglesias.

La partitura, si ese cuento de la lechera resulta feliz, del nuevo director sería como jefe de Gobierno o como jefe de oposición. Cualquiera de los dos platos es muy apetecible para Pablo Iglesias. Ser jefe. Palabra de Podemos.

El papel de C's en este trío sería mero fámulo de los dos mayores; arriesgaría sus buenos resultados en Cataluña, su cuna ideológica y natural, y quedaría a expensas de un tigre -Podemos- dispuesto a zamparse a quien lo cabalgue -Sánchez-. Perspectiva negativa.

Para el PSOE estos cambios de pareja con Podemos y C's tampoco garantizan nada bueno. Iglesias no aceptará jamás ser el segundo plato y compartir migajas con C's. Iglesias tiene mayoría en Cataluña, País Vasco y Valencia -según las encuestas- y ¿por qué arriesgar todo ese capital político en una pelea con "los falangitos" como llaman a Ciudadanos? 

En conclusión, Podemos podrá zapatear en la pista, hacer piruetas y contorsiones, atreverse a besar a la chica, pero no irá a mayores: sabe que Sánchez le quiere engañar.

Por tanto, el PSOE pescará muy poco o nada de los caladeros de Podemos, y arriesgará sus prendas si danza demasiado o se va a lo oscuro con los de Iglesias. Además, en estos roces y acuerdos de baile con Ciudadanos, desaira al socialismo catalán, el verdadero nicho electoral de C's en en Cataluña.

Pedro Sánchez y el PSOE quedan a expensas de dos fuerzas que les disputan su electorado tradicional, cada vez más menguante. "A perro flaco, no le echen pulgas."

Y queda, en último término, la pareja más fuerte para entrar en el baile. El Partido Popular de Mariano Rajoy.

Quieren los demás partidos descabezar a Rajoy y culpar al presidente de la corrupción en Valencia y en Madrid -obviando la de Andalucía y Cataluña-. Con una nueva cara, piensan Sánchez y Rivera,  sería más fácil una alianza tripartita.

Rajoy, por su parte, mantiene su candidatura, y el partido le apoya sin fisuras. No hay ninguna "Esperanza Aguirre" capaz de desafiar al candidato Rajoy como cabeza electoral del partido. Y si la hay, no se ha presentado todavía al baile.

Con este panorama en la sala de baile, solo nos queda en los próximos meses escuchar cada una de las piezas de la gran partitura de 70 folios y contemplar las destrezas de los bailarines.

¿Qué harías tú, en un ataque preventivo de la URSS? Esta fue una canción de los ochenta de Parálisis Permanente.

¿Qué harías tú, Sánchez, en un ataque intempestivo de Otegui? ¿Qué haría Rivera en una maniobra ilegal de Bildu y de Esquerra al unísono?

¿Qué harías tú, Pablo, en un arranque a favor del 135? El artículo de la Constitución que limita el gasto público. ¿Dar desplante a Pedro?

¿Qué haría Podemos si Rivera no acepta ni un minuto de baile al son del "derecho a decidir o referéndum por aquí, consulta por allá...?

Nos esperan dos meses de baile de salón y una conjetura que hago y dejo aquí: el que resista, gana. El que sea capaz de mantener el ritmo y el tipo "bailando su música" este ganará.

¿Puede Podemos bailar apretado con C's? No, no puede, so pena de mancillar su honor radical. ¿Acaso abrazarse e intercambiar fluidos ideológicos con el PSOE? Tampoco, y ya quedó claro con el famoso artículo "A Pedro no le dejan."

Si Podemos no se suma a la gran coalición, todo habrá sido una pantomina. Porque hay solteronas que no saldrán a bailar, y no por falta de ganas. Bildu, Esquerra, el PNV y los restos de Convergencia no tienen con quién bailar: nadie quieren tararear su horrísona musiquilla ni repetir la letra de sus partituras. 

Ciudadanos arriesga en sus arrumacos con los socialistas más de lo que sus propios analistas creen. Títulos como La España Federal; El derecho a decidir; Referendum para todos; Sin miedo a votar... tienen un música violenta para el oído y las piernas de Ciudadanos.  En estas contorsiones C's arriesga sus votantes de Cataluña.

Y por ahí sigue, como despistado, Mariano Rajoy, esperando su momento: cuando el reloj marque las horas y cada uno de los danzantes quiera dar cuentas de "cómo se ha sentido" durante el baile en brazos de sus distintas parejas. 

¿Cambiará la partitura? ¿Habrá un 'mix' ideológico? ¿Nacerá un 'cluster' de actividad? O todo quedará en nada, agua de borrajas, sueño de una noche de verano, un don apacible, o los atardeceres en esta apartada orilla duran sesenta minutillos... Habrá resúmenes para todos los gustos, en un Gran Hermano de 60 días, sin cámaras y muchos fantasmas del llamado "edredoning."

Mi apuesta es que ganará quien resista más bailando solo "su" propia música, sin dejarse engatusar por cantos de sirenas a dos voces para organizar un trío de Gobierno.

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