29.11.11

"No manden más guardias, prefiero que manden menos estudiantes"

Esta es una de las frases que ha cuajado en la diplomacia. Corresponde a la réplica dada por el embajador inglés en Madrid al ministro de Exteriores de Franco, con ocasión de unas manifestaciones de falangistas contra la pérfida albión, en los oscuros años de la dictadura.

Esta es probablemente la frase que bien pudo enviar -ahora veraz y certeramente, diría algún defensor del ministro aquél, Serrano Súñer- el embajador del Reino Unido en Teherán con ocasión de los desmanes cometidos por "los estudiantes" en el episodio de asalto a la embajada de Su Majestad en Teherán acaecido hoy.

Aquellas manifestaciones "orquestadas" por los falangistas se sucedían en Madrid cada vez que el gobierno quería desviar la atención de los madrileños (y por extensión de los españoles) para controlar el descontento de la población.

El asalto de hoy en Teherán contra la embajada inglesa tiene además de ese cariz, deviar la atención, otro no menos grave, relacionado esta vez con la llamada "primavera árabe". En Irán necesitan desviar la atención en el interior, y en el exterior, en Siria, uno de sus principales enlaces con el conflicto de oriente medio.

Siria en estos momentos está más cerca de la guerra civil que de una solución por acuerdo entre los propios sirios. Más aún, la cerrazón del presidente sirio Assad frente a cualquier medida de apertura o reconocimiento de la oposición impide desbloquear el conflicto.

Además, y peor aún, la voluntad inequívoca del dictador sirio de eliminar a los opositores -a los que llama terroristas y contra quienes envía ¡tanques y artillería!- son una señal inequívoca de que Siria puede deslizarse a una guerra civil abierta y de resultado muy incierto para el dictador Hafez el Assad.

Irán es consciente de que la marea de la primavera árabe parece imparable: Túnez, Egipto, Marruecos, Libia, los emiratos del Golfo, etc., cada uno de los países tocados por esta "marea" ha sufrido cambios que van desde el cambio sangriento de gobierno, al cambio de leyes tenidas hasta hace solo unos meses como básicas y fundamentales.

La larga mano de Irán parece que solo alcanza a los estudiantes de Teherán, por ahora. En Siria, aliado iraní, el riesgo de caída de Assad es cada vez mayor, y no parece que la presión iraní sea suficiente para contener la marea árabe y apuntalar al precario dictador.

El ajedrez es un juego de estrategia, y los movimientos de las piezas indican el estado de la situación para el ojo crítico. Teherán ha movido a los peones -los estudiantes- con la intención de "desviar" la mirada en la primavera árabe hacia el "enemigo occidental".

Si, lo que parece probable, la atención no se desvía, y la primavera árabe sigue su curso, es muy probable que Irán mueva piezas más poderosas en el tablero de la política internacional.

Serrano Súñer, uno de los pocos ministros "viajados" de Franco, repitió una y cien veces que el embajador Hoare nunca dijo aquella frase en realidad. Serrano Súñer sostiene que el embajador la escribió 'a posteriori' y que la frase tuvo éxito. Pero esta es otra historia.

No comments: