18.9.12

Profesor nativo / Profesor no nativo


Estudiar al menos un idioma extranjero de los más usados en el mundo forma parte de la vida académica desde la infancia en nuestras escuelas desde hace décadas.

Sin embargo, en España, el número final de alumnos que llegan a hablar el idioma que durante largo tiempo han estudiado sigue siendo uno de los más reducidos en la Unión Europea: en la práctica, podemos sostener que en España nadie "habla" el idioma que durante largos años "estudia."

Padres y amigos me han planteado la pregunta ¿Por qué esto es así? Y la siguiente pregunta ¿es mejor un profesor nativo?

Ambas preguntas tienen una respuesta directa, sencilla y de sentido común. 

Niños, y adolescentes, en colegios e institutos estudian uno o dos idiomas; no hablan, estudian. Es muy distinto.

Un profesor nativo, por paradójico que parezca, puede ser desaconsejable en la enseñanza de idiomas. En algunos aspectos es una ventaja; en otros, no.

Muchos padres prefieren un nativo, un profesor cuyo idioma materno es el que enseña. Para los padres ello garantiza que enseñará pronunciación correcta y fluida junto con corrección gramatical.

Esto, sin embargo, no quiere decir que la enseñanza del profesor nativo sea de mejor calidad, que la enseñanza de un no-nativo. Muchos de los profesores nativos no están preparados para enseñar inglés, aunque sea su lengua materna. Hablar un idioma y estar capacitado para enseñarlo con eficacia son dos cosas distintas.

Saber un idioma y enseñarlo es diferente

Un estudiante de español estudia más gramática en su país que un estudiante de Barcelona o de Madrid gramática del español. Y a la inversa. Un español bilingüe ha aprendido más gramática inglesa (o francesa o alemana) y supera los conocimientos de gramática del adulto medio de Gran Bretaña u otro país, por ejemplo.

Estudié inglés, en mi caso, durante 4 años con una hora lectiva al día con profesores no nativos, y una estancia de casi un año en Inglaterra; y desde hace veinte años el inglés es uno de mis idiomas de trabajo. Un estudiante inglés, o español, estudia su idioma junto con otras asignaturas -matemáticas, ciencias, etc.- tres o cuatro horas a la semana durante dos o tres cursos incluyendo toda la literatura. Y no volverá a consultar un diccionario o una gramática durante muchos años. Al contrario que un traductor, por ejemplo.

La prueba está en que los "nativos" de un idioma cuando se equivocan -laísmo o leísmo, por ejemplo- no saben por qué se confunden. Un extranjero puede confundirse, empero recuerda la norma.

Con estos preliminares volvamos al profesor/hablante nativo -inglés, por ejemplo- que sin entrenamiento específico se dedica a enseñar esta materia. 

Cuando aprendimos nuestra lengua materna en la infancia, nunca recibimos explicaciones gramaticales: simplemente usábamos lo aprendido, y listo.

Enseñar un idioma requiere otra técnica. Imaginemos que tenemos que explicar el uso de los tiempos verbales en nuestro propio idioma -español- a un alumno -ruso, por ejemplo- cuyo idioma en este tema es completamente diferente del castellano. Casi con seguridad, el profesor no  avezado añade complejidad para ajustar los verbos y tiempos verbales del español a los verbos perfectivos e imperfectivos del ruso. 

Podemos concluir con los siguiente: si como profesor nativo no ha recibido una preparación específica, convertirá la enseñanza "teórica" de su propio idioma en otro obstáculo para el alumno. 

Un profesor de idioma "no-nativo" tiene una gran ventaja. Imaginémos que hablar inglés es un camino que va de Valladolid hasta Londres: si llegas a la city, habrás recibido la enseñanza correcta de tus maestros, y hablarás el idioma.

Un profesor español que ha recorrido ese camino, con su gramática, escritura, pronunciación, etc, domina el idioma. Este profesor está mejor capacitado para trasvasar su conocimiento a otro alumno, que otra persona que no haya vivido esas experiencias como alumno primero.

En Madrid, por ejemplo, en los últimos años, la enseñanza privada de inglés en academias y empresas era tarea de personal nativo ¿Ha multiplicado este hecho el número de hablantes del idioma de Shakespeare? 

Cada año varios miles de madrileños han dispuesto de profesores nativos en la empresa o en clases particulares en academia o clases privadas one-to-one. ¿Indican las estadísticas que el alumno madrileño es bilingüe después de seguir estos cursos por profesor nativo?

Mucho nos tememos que un popurrí de errores, intereses e ideas confusas han transformado la enseñanza de idiomas en un galimatías, hasta tornar el aprendizaje en un pequeño tormento para los niños; y, peor aún, pues el error se prolonga: para la inmensa mayoría de los estudiantes, tanto bachileres como universitarios, que concluyen sus estudios a razón de un curso de idioma por año, sin lograr su objetivo: hablar. Y sigue en la vida profesional.

No hay un remedio sencillo. Pero sí hay un remedio único: debemos saber primero qué es lo que queremos. Si queremos que los alumnos hablen un idioma en el futuro, deben hablar: y un alumno que habla con errores NO debe ser suspendido ¡al contrario! 

Si, por otro lado, queremos transmitir conocimientos de tipo formal, académico, como hasta ahora, entonces no debemos quejarnos si no hablan, puesto que no se han entrenado para hablar, sino para superar exámenes de tipo académico: verdarero, falso; correcto o incorrecto.

Un profesor nativo, debidamente entrenado, es oportuno. Un profesor que antes fue alumno, puede ser una gran ventaja.

Pensemos en pleno siglo XXI en la lengua hablada: ahora está ahí, al alcance de la mano, en la pantalla del ordenador. NO necesitamos viajar para "escuchar" otro idioma, y gratis, además. ¿Qué es el acento inglés? Hay acento en Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda; en Estados Unidos, al menos conviven 5 acentos, sin contar los acentos propios de las minorías; en India, y Australia, sucede otro tanto, etc. ¿Qué acento debe enseñar el profesor nativo? ¿Cuál es el "buen" acento?

Esto en cuanto al acento. En cuanto a la fluidez ¿qué es hablar con fluidez? Hablar con fluidez consiste en expresar una idea -por ejemplo, hablar durante 5 minutos sin parar- sobre un tema concreto. Hábleme usted de Madrid durante 5 minutos en inglés, sin tropezar, sin demasiados arraspeos, sin penaltis de gramática, y será usted un hablante bilingüe en ese tema, Madrid. 

Multiplique ese tema "Madrid" por 50 (fútbol, música, bailar, Londres, televisión, playa, trabajo...) y será usted un perfecto hablante bilingüe. 

Y en ese camino de añadir "temas bilingües" elija usted mismo profesor nativo o "experimentado."

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