España no muy orgullosa

Además de los miembros del equipo de España, que no están poco orgullos de su golpe, los aficionados no sacan ninguna gloria de la derrota calculada de la Roja en el torneo olímpico de basket

Los jugadores rechazan cualquier polémica

La polémica no ha terminado de hincharse. Como autora de una mascarada al final del partido contra Brasil, que les ofrece finalmente una vía "más ligera" hacia la final del torneo olímpico de basket, el equipo de España no ha dudado en poner una mancha en su honor. Y embarrar de este modo la carta olímpica el mismo día en que la polémica que apuntaba al atleta Taoufik Makhloufi excluido de los juegos olímpicos por "mala fe y falta de combatividad" antes de ser readmitido con el atestado, de todas formas poco creíbled, de un certificado médico que le declaraba debilitado.

Como estaba previsto, pues, Juan Carlos Navarro y sus amiguitos han dejado con total tranquilidad la victoria para los brasileños (31 puntos encajados en el último cuarto). Como en cocertados, todos han negado la evidencia al final de la derrota (sic). Desde el "siempre jugamos para ganar, siempre. Si usted quiere una medalla, hay que ganar a todos los equipos" de José Calderón, al "Poco importa a quien nos enfrentemos en cuartos de final, Francia, Argentina, poco importa. Todo el mundo puede ganarnos si seguimos jugando de esta manera" de Pau Gasol, los discursos post partido parecen perfectamente engranados.

Los aficionados no son tan tiernos

Pero nadie es en realidad ingenuo. Empezando por los aficionados del equipo español. Si los medios de la península, que en realidad no son los menos patrioteros de Europa, "se inquietan" por la segunda derrota en el grupo de su selección (El Mundo Deportivo titula de manera abierta "La dulce derrota ante Brasil) la gran mayoría de los numerosos comentarios correspondientes en los llamados nuevos periódicos son menos ingenuos. "Una derrota que avergüenza a nuestro país" escribe Noaloblanco en el sitio del diario Marca y más aún: "Una vergüenza para el juego, el último cuarto lo dice todo. A casa por tramposos" opina OtraKosikaesdormirsinbragas. "Scariolo (el seleccionador) debería dimitir de inmediato" dice por su parte Halamoudrid en el sitio del diario As. En resumen, nadie cree en realidad en la buena voluntad de que hablaron los jugadores. El gran diario generalista El País evoca por su parte la "rentabilidad (sic) de la derrota frente a Brasil," como una evidencia. Con toda seguridad, no llegaremos a ver a Lord Sebastian Coe mantener el mismo discurso vehemente que sostuvo contras las jugadoras de bádminton incriminadas por el mismo tipo de arreglos (debido al formato de la competición) al comienzo de la quincena olímpica. La FIBA, único organismo habilitado, hay que precisarlo, para sancionar a La Roja, no dispone más que de pocos elementos tangibles que hacer valer para restablecer una apariencia de credibilidad deportiva. Solo la esperanza de que España fracase en su búsqueda calculada, aunque no lo hubiera conseguido, de una medalla olímpica. Esta  (la credibilidad deportiva) empezará entonces por una oposición con el equipo de Francia de Tony Parker en cuartos de final.
http://www.lefigaro.fr/jeux-olympiques/2012/08/07/02020-20120807ARTSPO00257-l-espagne-pas-tres-fiere.php