14.8.12

Millás y un servidor hablando de economía


Un cañón en el culo es un artículo del columnista Juan José Millás aparecido en el diario El País un 14 de agosto. 

Cuando la economía financiera entra en manos de gentes sin escrúpulos, de terroristas, como los define Juan José Millás, es cierto que suceden cosas increíbles.

La cosecha de cereal ejemplifica el caso al milímetro. Hay países donde se va a la cárcel por deudas, en otros, ahorcan. En todos, puede acabar en la miseria sin propiedades y sin su futuro millones de personas que han trabajado honradamente la tierra.

Hay financieros -terroristas, en definición de Millás- que  compran la cosecha de trigo de un agricultor de Castilla sin que éste lo sepa; y la cosecha de trigo de un agricultor francés, o de miles, sin que lo sepan; o la cosecha de trigo de una comarca o de un país entero. 

Y ese financiero -terrorista, a juicio de Millás- venderá las cosechas -aún no sembradas, incluso- a otro especulador financiero que hará otro tanto con las mismas cosechas de dentro de dos años, y las revenderá a un tercero, y así hasta tener en sus manos el Mercado de Cereales el destino de millones de cultivadores de la tierra. 

Países, comarcas, agricultores, a quienes podrán arruinar, incluso. Y con solo un pestañeo para conseguir su "cut" su "corte" o su "break" o su "comisión" según su jerarquía en la organización o del país en donde resida. 

Esto es así. Y con estos datos, en definición de Juan José Millás nos enfrentamos a enemigos implacables capaces de mandar a la miseria, la ruina, o la horca, a miles de agricultores por el mundo.

Hay más. Que el sr. Millás no menciona. Igual que hay financieros que adquieren trigo o cebada, o cobre, o petróleo, hay otros que por dinero, también lo dan todo.

Es el caso del político que por dinero vende a los especuladores las pensiones de sus jubilados... a cambio de unos millones para "sus planes." Millones para hoy, aunque dentro de 5 años no quede dinero para pagar pensiones.

Es el caso del político que empeña el presupuesto dedicado a hospitales en una comarca o región a cambio de dinero corriente "para sus planes." Millones para el político, y adiós a los hospitales en zonas deprimidas.

Hay políticos que encuentran bancos dispuestos a prestarles dinero a cambio de la asignación presupuestaria dedicada a colegios para deficientes.

Hay políticos, y partidos políticos, dispuestos a pedir dinero prestado a cambio de las prestaciones por desempleo de sus parados a dos años vista, o tres, o cuatro.

Hay políticos que piden prestado, y saben a quién y cómo pedir, para recibir finalmente el dinero prestado, que piden prestado a cambio del dinero para medicinas de los jubilados; que piden a cambio del dinero para mantener monumentos; a cambio de dinero dedicado al cine y a la cultura; hay políticos, con nombre y apellidos que, igual que el financiero-terrorista, juegan con el dinero y la hacienda de otros provocando la ruina, la miseria, incluso la muerte por ahorcamiento, o quemándose a lo bonzo, o dejándose morir de miles de personas, hombres y mujeres, vecinos nuestros...

Y el artículo con el que arracábamos, termina así:
Llevan ya cuatro años metiéndonos por el culo ese cañón. Y con la complicidad de los nuestros.

Y a mi me gustaría preguntarles a ustedes, si podemos hacer algo. Si podemos identificar a los cómplices. Porque el terrorista financiero no actua sólo, tiene cómplices, seguro. Lo mismo que el político que vende seguros de paro, o pensiones de jubilación a cambio de dinero, fijo que tiene cómplices.

http://cultura.elpais.com/cultura/2012/08/13/actualidad/1344875187_015708.html

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