3.8.12

Gobierno técnico en Cataluña


Entre ciertos columnistas se reitera la posibilidad de un gobierno "técnico" en España. Es decir, la sustitución de Mariano Rajoy, legítimo ganador y por mayoría absoluta, por un personaje con supuestos poderes o saberes técnicos, capaz de reconducir el estado de las finanzas: capaz de pagar deudas astronómicas y crear empleo. ¿Qué pasa en las Comunidades Autónomas? ¿Qué sucede en Cataluña o en Andalucía?

Entre los mencionados para el cargo se citan diversos elementos de la bancada socialista: Joaquín Almunia (Comisario Europeo) o Javier Solana (Míster Pesc o ministro de "exteriores" para Europa). 

Ninguno de ellos ha demostrado poseer capacidad técnica -ni teórica- sobre cómo deshacer el desastre histórico creado en solo cuatro años por su correligionario Zapatero. 

También, para equilibrar la balanza, los tertulianos de salón mencionan de paso cargos del PP como por ejemplo, Josep Piqué (cuya máxima decisión fue encumbrar a una tal Nebreda para líder del PP catalán, que terminó con el más estrepitoso de los fracasos) también mencionan a García Margallo, el actual ministro de Exteriores. Estos cuatro nombres son los más citados para sustituir al candidato elegido por el pueblo por mayoría absoluta.

Sin embargo, los gobiernos "técnicos" entraron en Europa por otras vías. En Grecia, debido a la incapacidad de gobernar de los socialistas. En Italia, el gobierno que sucedió a Berlusconi lo hizo porque todo el país estaba de acuerdo precisamente en eso, en apartar a Silvio Berlusconi de la política.

En España está claro que el mandato mayoritario de la ciudadanía otorgó el gobierno por mayoría absoluta al PP. Las charlas de casino, y los artículos en petit comité abogando por un gobierno técnico recuerdan más a los berrinches de la izquierda española e iberoamericana cuando no ganan las elecciones: quieren el poder a toda costa, se sienten legitimados para estar por encima de resultados electorales, leyes y la tradición democrática de los últimos siglos.

Lo estamos viendo en México, donde la izquierda insiste en autoproclamarse vencedora contra toda evidencia, varias semanas después de celebrados los comicios. Lo vimos en la España de Aznar, en 1996, cuando grupos de izquierdistas reclamaban la expulsión del líder del PP y su reemplazo por otro ¡también del PP! ¿Y qué pasa en Cataluña?

El Sr. Artur Mas se encuentra en mitad de un terremoto económico con sacudidas periódicas y efectos destructivos en cadena: recortes en sanidad, educación, y ayuda social. Impagos a residencias de ancianos y a centros de atención de discapacitados. Las empresas públicas, como TV3 ya han anunciado la suspensión de pagos a sus proveedores... 

Este atoramiento de la economía impide el flujo económico regular y afecta a asalariados y empresas. Las segundas ven reducida su actividad. Los asalariados no pueden ayudar a su familia en el sentido amplio del término familia.

Y los incontables recortes del Sr. Mas no han conseguido ningún efecto buscado: equilibrar las cuentas, sanear la economía.

La ejecutoria de los recortes del Govern ha tenido como destino los departamentos de Sanidad, Educación y la cuestión social: el resultado ha sido nulo. Tan mal está la situación, que le Govern no dispone de efectivo para hacer honor a sus deudas y depende de ayuda del gobierno central para saldar los vencimientos de este año.

Como a perro flaco todo son pulgas, los casos de corrupción han llegado a miembros del Govern, además de afectar de pleno al partido CDC. El conseller Pujol está bajo investigación por una trama de comisiones. El partido CDC ha debido depositar una fianza en sede judicial ante los indicios racionales de ilicitud penal.

Durante el mes de julio el Sr. Mas habló de un calendario de concienciación y agitación que llegaría a culminar en elecciones o incluso un referéndum para validar una declaración de independencia. En el mes de agosto, las cuentas de la Generalitat suspendieron pagos a residencias y centros de atención a minusválidos. 

En resumen: al cataclismo económico cuyo final no se vislumbra se une el terremoto político ideado por el Sr. Mas para hacer frente a la situación de quiebra económica de la Generalitat de Catalunya y la imposibilidad de su Govern de rectificar la situación.

En líneas generales ¿son argumentos suficientes para un gobierno técnico? En algunos mentideros de Madrid sopesan la oportunidad de ligar el auxilio económico a la ciudadanía con una toma de control no sólo económico, sino también político, si prosigue el deterioro económico, social y político de la situación en Catalunya.

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