18.9.12

Un dia volveré


Entre los columnistas habituales, son generalizados las loas a Esperanza Aguirre, su trayectoria política de treinta años (que empezó hace exactamente 30 años), sus éxitos en la misma, y la gran cantidad de enemigos que ha dejado estos años en las filas del partido socialista de Madrid. 

Nadie lo afirma, pero que nadie lo olvide: "Un día volveré" parecía el grito silencioso que nadie era capaz de ahogar en mitad de una rueda de prensa que dejó sin habla a los bulliciosos periodistas encargados de la información local en Madrid.

Esperanza Aguirre ha sorprendido a todos con su dimisión como Presidenta, y como diputada a la Asamblea de Madrid. Como consecuencia colateral, una de las figuras preclaras del PP a ocupar la presidencia del partido y llamada a suceder a Mariano Rajoy, ha dimitido del cargo de presidenta, y abandona la política: razones personales y una enfermedad que parecía superada.

Lo cierto es que la crisis está arrasando con los líderes: por unas u otras razones, en el PP van cayendo las más altas torres.

Primero fue Rodrigo Rato: ocupó la presidencia de CajaMadrid -luego Bankia- y ha terminado con el banco intervenido, ha perdido su magnetismo en política, y andará en juicios en los próximos años (por una mala gestión de otros y suya también.)

Ruiz Gallardón, otro de los grandes del PP también ha anunciado su retirada de la política en cuanto lo haga el presidente Rajoy que le ha dado la cartera de Ministro.

En su momento se habló de Francisco Camps: incluso cuando los tres trajes le pasaban mayor factura que la quiebra económica a la que la gestión de Camps y su equipo había condenado a la Generalitat valenciana entera. Camps se adornó con una mayoría absoluta electoral en la Comunidad de Valencia antes de rendir su cargo con una dimisión. El pasado que hemos mencionado, Gurtel, quiebra, y los tres trajes, han terminado con su proyección política que apuntaba directamente a Madrid.

Quedaba Esperanza Aguirre, quien ya había plantado en el Congreso de Valencia de 2008 sus triunfos, aunque sin llegar a presentar candidatura. De aquél movimiento quedó su halo de "presidenta" que ha sido tan explotado últimamente por El Mundo, Abc, o Libertad Digital como figura señera capaz de substituir a Mariano Rajoy por su capacidad de trabajo y por su voluntad política claramente expresada en la vida diaria.

La retirada de Esperanza Aguirre es un movimiento táctico. Es muy probable que ningún político sobreviva a esta crisis. Mariano Rajoy se maneja en unos términos de aceptación en la ciudadanía de suspenso rotundo en las encuestas. Cierto que estamos en lo peor de la crisis, pero la ciudadanía no perdona a quienes están arriba y les hacen pasar malos días, semanas, meses y años. Gallardón cae por el mismo motivo: arruinó el ayuntamiento de Madrid, y es una figura que no une en el PP, al contario. ¿Quién queda?

Tres años en política son muchos. ¿Quién queda en el Partido Popular como figura política de larga trayectoria y bregada en mil batallas? Porque la crisis y sus nefastas consecuencias no terminará en esta legislatura, será larga. Solo quedaba Esperanza Aguierre.

Asistimos a una retirada táctica. Un día volverá. Y no muy lejano: la crisis económica, la brega en Cataluña, la actividad política que ponga punto final al terrorismo de ETA, los cimientos del crecimiento económico nuevo, etc., todo esto exige la mano experta de alguien con larga trayectoria en política y con un perfil político nítido en lo ideológico y, lo más importante, y ya bregado en el día a día. Solo Esperanza Aguirre llena este vacío.

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