5.1.13

Trabajar y ahorrar como chinos


Elija usted, lector: trabaja usted como un chino y gasta como un chino; o exige a los políticos trabajar y ahorrar como chinos.

La crisis tendrá un final, como todo. Nada dura para siempre. ¿Cómo será el final de la crisis?

Esta es una conjetura. A la que se han apuntado varios.

Por ejemplo, el ex presidente de la patronal, Díaz Ferrán, declaró en su momento que habría que trabajar más, y cobrar menos. Fue una declaración controvertida de un personaje hoy bajo sospecha. ¿A quién aplicar el remedio? ¿Políticos o ciudadano trabajador?

Es cierto y verdad que la competencia de muchos trabajadores españoles está en el sureste de Asia, en algunos países de Europa, y en la inmigración.

El precio de la mano de obra en esos países es mucho menor, con respecto a España. Además, la llegada de los inmigrantes ha bajado de modo dramático el jornal de empleos poco cualificados.

Son datos fríos que hace cincuenta años fueron a la inversa: España acogía entonces  también con ventajas fiscales y de otro tipo a las empresas que deseaban instalarse en nuestro territorio.

Hoy cambiaron las tornas, y esta competencia significa para el empleado español, trabajar más y ganar menos.

El único camino posible para superar este círculo vicioso, es una mayor formación y especialización por parte de los trabajadores europeos. Y especialmente por parte de los trabajadores menos cualificados.

En cuanto a gastar como chinos, sirva como ejemplo la frugalidad de los orientales, chinos, coreanos, o japoneses. Son países cuyos ciudadanos destacan por su capacidad de ahorro, y por la frugalidad de sus costumbres: son poco amigos de las fiestas a diario, y muy aplicados al ahorro y al tazón diario de arroz como ejemplo de frugalidad en la comida. 

¿Algún europeo o español se conformaría ahora con un plato de legumbre como almuerzo? En Inglaterra, sí: allí con un par de sándwiches están servidos. Y en Alemania: una salchicha entre pan y pan, y a comenzar la jornada de tarde.

Solo si como sociedad somos capaces de trasladar estas costumbres a los políticos, pondremos fin a la crisis de forma radical. Especialmente la capacidad de ahorro por reducción de gastos.

Sin embargo, los españoles nos dejamos llevar. Por ejemplo: ¿por qué hay periódicos o televisiones especializadas en criticar sólo a una caja de ahorros de las muchas que han fallado? Porque los españoles "compran" ese periódico o escuchan esa televisión que machaca día sí, y día también, a Bankia, por ejemplo.

En Alemania, ante un problema de fallo generalizado contra los clientes -ciudadanos- como ha sido el caso de España, todos los alemanes actuarían a una contra los culpables. En Alemania, en fin, considerarían cómplice al periódico o a la televisión que mostrara desprecio hacia los clientes/ciudadanos. Y es un desprecio a los ciudadanos limitarse a criticar a Bankia, por ejemplo, haciendo caso omiso de todas las demás cajas arruinadas por la clase política.

Sirva este ejemplo de Bankia para evidenciar la capacidad de los políticos para manipular a los ciudadanos. Mientras exigimos a Bankia el oro y el moro, otros que cometieron las mismas tropelías han huido con el santo y la limosna y gozando de buena reputación.

Sólo cuando obliguemos a los políticos a una forma de vida austera saldremos de la crisis. Puesto que esto es una auténtica quimera, siempre viviremos bajo la espada de Damocles de otra crisis. 

Elija usted: ¿quién debe trabajar como un chino? ¿Quién debe ahorrar como un oriental? Ustedes o los políticos. Rien ne va plus: no hay más apuestas.

No comments: