5.7.13

Oficial: Arranca el asalto al consejo de administración

«El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para nombrarlas había que señalarlas con el dedo» GGMárquez, sobre Macondo.

Ya es oficial, los escribas han sentenciado "lista cremallera" ("Lista-cremallera") se escribirá sin guión, cursiva ni comillas. Para quienes escriben de manera profesional es una instrucción rotunda. Para quienes no conozcan cómo apretar y aflojar tornillos; cómo dar o quitar a un texto carga eléctrica, para ellos, solo para estos últimos, estas instrucciones (guión, cursiva, comillas) son opacas.

Sin embargo, su significado es claro: sin guión, cursiva, ni comillas son los tres remaches que clavan esta sentencia. Una sentencia que tiene su cruz, y no pequeña. Una cruz que (alguien, un@s señorit@s) cargarán a hombros de los más pobres, hasta que revienten (siempre ha sido así, que en España no hubo una revolución como en Estados Unidos o Francia). 

Las palabras no son inocentes, y llevan una carga semántica, significan algo, positivo, o negativo. No son inocentes tampoco expresiones como el "buen violador" o el "buen terrorista." 

No son inocentes frases del tipo, "las visten como putas" o "la maté porque era mía." 

Nos encontramos con que la autoridad otorga alma semántica a un atentado contra la razón; a un asalto contra la inteligencia. Herencia de años de mentira; complicidad con las terribles consecuencias.

Hubo un tiempo en que se quemaban iglesias; otro, en que se quemaban herejes. En este tiempo nuestro, sin apercibirnos, pegan fuego a las universidades, a la inteligencia, al conocimiento, lo hacen dando gato por liebre.

Invito al lector a consultar otro oxímoron "contradicción en los términos" como es el caso de "buen terrorista" o "buen violador;" me refiero a la llamada "acción social."

Hace algunos años, cuando gobernaba Felipe González, se perpetró una ley cuyas consecuencias en todo su dramatismo estamos viviendo en esta crisis de 2008 cuyo final no se barrunta. Aquella llamada "Ley de Cajas" permitía que cualquier persona, sin conocimientos, sin formación, sin experiencia, cualquiera, podía acceder a los órganos supremos de gobierno de una Caja de Ahorros. Ley de Cajas bendecida por Aznar y su gobierno, no se olvide.

Hoy nadie duda que aquello fue abrir las cajas de ahorro a Alí Babá y sus cuarenta ladrones. Los enchufes, chanchullos, delitos, crecieron hasta generar una enfermedad incurable. Hoy no quedan "cajas" vivas. Solo quedan bancos. 

Caja Madrid, Caja Catalunya, Cajamar, Caja San Fernando... todas han muerto, dejando en el camino un Guadiana por el que, por decenas y centenas, desaparecieron millones de euros de ahorros: el esfuerzo de varias generaciones. Eso sí, sin ninguna responsabilidad por parte de los gestores. Ítem más, todos los gestores de la llamada "Acción Social" salieron con los bolsillos repletos. Ítem más nuestro de cada día: siguen colocados como altos cargos, y además personas de bien la inmensa mayoría.

Hoy, la acción social (hecho criminal) de aquella época tiene su réplica; esta vez colocarán la llamada "lista cremallera" (ya oficial) ("Lista-cremallera") para perpetrar el próximo delito: asalto a los consejos de administración de "empresas vivas."

Una réplica exacta de aquella llamada "acción social" de tan nefastas consecuencias para futuras generaciones, y actuales. Porque la lista cremallera ("Lista-cremallera") significa llenar con masculinos o femeninos el elenco de una obra de teatro, de un equipo de Fórmula 1, las listas a concejales, diputados o senadores, y demás carguistas, de uno-s u otro-s partido-s político-s y, claro de los consejos de administración de lo$ banco$ y empres$ que salgan viva$ de la cri$i$.

Después de las Cajas de Ahorro, y con éstas aún de "cuerpo presente;" con el "cuerpo del delito" sin adjudicar; con otras cajas "mal enterradas", los señoritos de la cosa (de poner nombre a las cosas) comienzan a perpetrar el siguiente "genocidio económico." 

A saber, en nombre de las "igualdad" que viaja en las "lista cremallera" ("Lista-cremallera") preparar el camino para colocar "a su gente" para que ocupen aquellos cargos: "consejeros sindicales" o "consejeros de los impositores" o "consejeros Alibabianos", esta vez so capa de "lista cremallera" ("Lista-cremallera") por donde corre la igualdad.

Y triunfarán. Ya lo dejó escrito Miguel de Cervantes en su entremés "La elección de los alcaldes de Daganzo." 

En aquella obrita, tres "carguistas" optan a un puesto remunerado, y presentan al tribunal sus razones: "¿Aritmética pa'qué? ¿Gramática pa'qué? ¿Estudios pa'qué?" Los candidatos o candidatas sabían muy bien su obligación en el cargo: obedecer ciegamente al señorito.

Así hoy, los remaches sobre la "lista cremallera" ("Lista-cremallera") que imponen las autoridades "¡oído cocina!" vienen a gritar, "¡leído Cervantes¡" O sea.

"Visto el resultado de la 'Acción social' sabemos que, con total impunidad, podemos poner en circulación esta falsa moneda: Sin guión, cursiva, ni comillas." "Lista-cremallera". Como aperitivo o entremés del próximo grito: ¡"Al abordaje"!

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