Según un informe del Congreso de los Estados Unidos, la caída de Bashar el Assad en Siria exigiría el envío urgente de 75.000 soldados para garantizar el control de las 1.000 toneladas de armas químicas que el almacena el régimen de Damasco.
El informe, entregado al congreso el pasado 20 de agosto, detalla los distintos tipos de venenos químicos que componen el arsenal de Assad.
Siria, Corea del Norte e Irán son los únicos países que no se han adherido a la Convención sobre Armas Químicas y mantienen sus programas de este tipo de armas activos.
Según dicho informe, Siria posee gas sarin y vx (atacan el sistena nervioso humano), y gas mostaza. Además, el régimen de Assad dispone de artefactos, bombas, morteros y misiles, cargados con agentes químicos.
Por otra parte, el informe reconoce que ignora el estado actual de la mayor parte de las armas químicas que controla el régimen de Damasco, tanto su estado actual de mantenimiento, la ubicación de los proyectiles con carga venenosa e incluso los lugares de almacenamiento.
Asimismo, el informe señala el peligro del uso de estas armas químicas contra la población civil y el contrabando de las mismas o la entrega a grupos terroristas como Hezbollah. No descarta el informe que este tipo de armas puedan emplearse contra países vecinos aliados de Estados Unidos.
Según este informe, el mundo se halla por primera vez con un país inmerso en una guera civil que dispone de un enorme arsenal de armas químicas. En marzo de 2012 el secretario de Estado de Defensa Leon Panetta describió el escenario de la guerra en Siria como 100 veces peor que la situación precedente en Siria.
Sobre los supuestos casos de uso de las armas químicas que según el informe han deliberado desde el departamento de Seguridad de Estados Unidos, figura el uso de las mismas por el gobierno de Assad; el uso de armas químicas por parte de los rebeldes; "el control de arsenales químicos" por parte de elementos extremistas; la venta, el contrabando, o el robo de los mismos.
En cuanto a los posibles objetivos de este arsenal químico, el informe declara vulnerable tanto a la población civil de Siria, como países vecinos, e incluso otros más alejados de la zona.
El mismo informe señala las dificultades para tomar el control de los arsenales, distribuidos por la geografía de Siria, en especial en las cercanías de Damasco. En la actualidad, fuerzas especiales del ejército sirio vigilan y controlan las instalaciones. El informe analiza la eventualidad de realizar opeaciones de comando en caso de caída o ataque contra alguna de estas instalaciones para evitar que las armas químicas queden bajo control ajeno al ejército sirio de Assad.
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