18.12.12

Carrero Blanco y los herederos de Santoña


Carrero Blanco nació en Santoña y murió en Madrid víctima de un atentado terrorista. Estos días, Televisión Española dedica una miniserie a aquel atentado obra de la banda asesina ETA que costó la vida a Luis Carrero Blanco, presidente del Gobierno nombrado por Franco, y también uno de los mentores de Juan Carlos de Borbón como sucesor en la Jefatura del Estado.

Durante años, la banda terrorista continuó su actividad terrorista a gran escala, con atentados, hasta 100 muertos al año llegó a causar su frenesí asesino. Aún sigue activa, con armas y explosivos en su poder.

Los etarras practicaron durante décadas además, un terrorismo de baja intensidad, unas veces llamado lucha callejera (manifestaciones violentas), y otras "sucedidos" o "cosas que pasan" como la "presión social" con desprecio e insultos, sobre aquellas personas que osaban mantener en público una postura crítica con el dominio político y social de los partidarios del nacionalismo (brutal y moderado, pro-terroristas y filo-terroristas).

"Era un fascista" y también "algo habrá hecho" sirvieron como el comodín de la cobardía mediante el cual la sociedad vasca (y una parte no menor de la izquierda española) asumió con "normalidad" el terrorismo etarra. ETA es la última banda terrorista en Europa.

Esta "normalidad" traducida en hechos significa que la policía autónoma vasca durante décadas no ha detenido a un solo terrorista ni pro-terrorista ni filo-terrorista por su actividad directamente como terrorista, ayudante, o apologeta del terrorismo. Por citar solo una manifestación. 

Podemos mencionar a la iglesia y sus estructuras también, como entidad que "aceptaba la normalidad" de los asesinatos -incluyendo niños. 

Y los partidos políticos vascos, especialmente nacionalistas y de izquierdas, con un filoterrorismo practicado sin embozo.  Aquel gran atentado contra Carrero servía para justificar en mayor o menor grado la pervivencia del hecho terrorista.

Un total de veintitrés menores de edad han sido asesinados por la banda terrorista ETA y más de sesenta han resultado heridos, algunos de ellos de gravedad y sufriendo mutilaciones terribles, en atentados perpetrados desde que la banda comenzó a su actividad criminal, asesinando precisamente a una niña, Begoña Urroz Ibarrola en 1960. 

Estos son los hechos, algunos datos sobre el terrorismo de ETA. Sin embargo, por aborrecible que parezcan, hubo una sociedad, con sus políticos, su iglesia y sus instituciones civiles, que "aceptó" el terrorismo en diversos grados.

Para la izquierda tanto vasca como del resto de España, el asesinato de Carrero Blanco fue la "carta blanca" que justificó la existencia de ETA en la historia de España. El pútrido manantial con el que regaban la hidra de siete cabezas, el terrorismo.

La izquierda en España es muy peculiar y al caso  terrorista se acercó desde tres postulados. El primero, una izquierda directamente ligada a movimientos terroristas y de acción violenta (Joven Guardia Roja, Mpaiac, Frap, Grapo, y otros grupos similares en otros países). 

El segundo, el pro-terrorismo de otros (comunistas y socialistas muestran una extraña simpatía a lo largo de la historia por revolucionarios de acciones violentas). Por ejemplo, prestan sus locales para que grupos antidemocráticos y y de acción violenta justifiquen su actividad: palestinos o "guerrilla" colombiana, por ejemplo.

Y, por último, el filo terrorismo, la aceptación de las pequeñas formas de chantaje (los llamados piquetes en las huelgas por ejemplo) que en el caso de los terroristas de ETA significa aceptar las rondas mensuales de petición de fondos en comercios y establecimientos públicos, para apoyar a los asesinos, acudir a manifestaciones, o favorecer actividad legislativa pro-terrorista desde instituciones públicas y privadas. 

Esta izquierda que aceptó como hecho "noble" el asesinato terrorista de una persona, en este caso presidente del Gobierno de España en la época de Franco, y  que luego mostraría extrañas connivencias con la llamada izquierda radical del país vasco.

¿Era realmente Carrero Blanco el continuador de la dictadura? ¿La muerte en atentado terrorista del presidente del Gobierno aceleró la caída del régimen de  Franco?

Son preguntas que a lo largo de los años han mantenido encendido el debate, siempre con un beneficiario claro: los terroristas. Mientras la izquierda de las tres vertientes, violenta, extorsionadora y comprensiva mantenía viva la llama de que el asesinato coadyuvó en el parto de la democracia, esta misma izquierda no tenía que responder a cuestiones éticas por el asesinato de niños o ancianos, policías o periodistas. O la extorsión diaria. O la justificación cotidiana, en la universidad vasca, por ejemplo, entre alumnos y profesores, de los beneficios y ventajas del terrorismo para "democratizar" la vida diaria.

ETA asesinó a 23 niños en su dilatada historia, más que el joven asesino de Newtown, el pasado 14 de diciembre. 

La sociedad española cambió el régimen dictatorial en los años de la transición por otro democrático, sin convulsiones violentas ni derramamiento de sangre más que por parte de grupos terroristas de diversa índole.

La prueba evidente y definitiva de que la sociedad española había evolucionado hacia una forma de vida occidental, democrática y enraizada en Europa surge si comparamos nuestra evolución con la de otras sociedades que pasaron de un régimen dictatorial a otro democrático. 

Aquellos países que imitaron la vía española, Polonia, Checoslovaquia, Eslovenia, o la RDA no padecieron una guerra interna en el cambio de régimen. Otras que no siguen la línea española, como Libia, o Siria, o Bielorrusia, o Serbia mantienen aún regímenes totalitarios o se desangran o desangraron en una guerra civil.

ETA fue producto de una aberración histórica con dos raíces principales: una su tendencia izquierdista, colectivizadora, socializante; la segunda, su origen nacionalista ligado al Pacto de Santoña por el que los nacionalistas vascos se rinden al fascismo y aceptan colaborar durante la guerra y después de la guerra con los vendedores.

Los nacionalistas vascos nunca han mostrado arrepentimiento por su rendición y colaboración con Franco durante la guerra, y después de la guerra. Nunca han pedido perdón. Tampoco con el terrorismo de ETA.

Una extraña casualidad del destino hizo que Carrero Blanco (Juan de la Cosa como su seudónimo de escritor), natural de Santoña 1904, lleve en su biografía, desde el nacimiento en esta localidad cántabra, hasta su trágico final, la marca inequívoca del nacionalismo vasco. Santoña, por el Pacto, la rendición y colaboración del nacionalismo con el fascismo. Y Madrid, en la calle dedicada al pintor C. Coello, donde murió junto con otras dos personas (conductor y escolta) en un vil atentado terrorista.

1 comment:

Anonymous said...

Se coge a una olvidada víctima del DRIL, se manipula a lo Goebbels con que fue ETA, y ya podemos cambiar la historia de España: Begoña Urroz fue víctima de ETA, y quien diga que no fue ETA es que es de ETA. Total, quién se va a molestar en comprobar que el DRIL lo reivindicó y que en España se supo. En Google: "www.vilaweb.cat documents oficials", "hemeroteca ABC 1961/01/28 galvao DRIL maletas explosivas victima inocente", "hemeroteca ABC 1961/02/10 galvao actos terrorismo san sebastián" y "hemeroteca ABC sevilla 1962/12/04 petardistas DRIL fallecimiento niña guipuzcoana".