Hay cosas en la noche que es mejor no ver... era el estribillo de una canción ochentera. Radio Futura, canción, Divina. Hay quien puede leer en la oscuridad de las encuestas y en lo profundo de las estadísticas. Han vislumbrado el futuro. Y no les gusta, y empiezan a cambiar piezas para evitar... que la izquierda liderada por los extremistas de Podemos ganen las próximas elecciones al Parlament de Cataluña.
El "tantarantán" de los últimos años, la matraca interminable de la consulta y el proceso, solo era una cortina de humo -para aquellos visionarios del primer párrafo- con la que ocultar una nefasta gestión de la crisis. El proceso, la consulta formaban una actualidad de noticias interminables que tapaba corrupciones en todos los niveles: municipales, provinciales y autonómicas.
El proceso, la consulta, formulaba a diario un monotema que, al final, quienes veían más allá, saben que no conduciría a la independencia, ni siquiera a la votación. En el camino, sin embargo, le PSC ha perdido el norte y la representación; CiU va camino de perder la U, perderá a su líder Artur Mas y perderá el apoyo -y el respeto- de los votantes: cosechará los peores resultados de su historia.
Porque hablamos de resultados, y en política, son votos. La suma de los radicales bajo la bandera "ecosocialista" -los comunistas de siempre- junto con la izquierda del PSC y las CUP, junto con Podemos obligarán a la otra izquierda, la izquierda oficial catalana, ERC ha reformular su política y entrar en un gobierno de izquierda radical. Será en Cataluña. En la oposición quedará el PP con 15 diputados, C's con otros tantos, y los restos de CiU cuya suma total de los tres partidos no alcanzará los 55 diputados. La mayoría son 68.
Señoras, señores, el gobierno de la izquierda radical de corte chavista, bolivariano y castrista llegará a Cataluña... Y esto es lo que han visto en los lúgubres números de las encuestas y las estadísticas. Podemos liderará la política catalana, desde el Gobierno de la Generalitat.
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