Todos conocéis la aplicación uber que ha revolucionado el sector del taxi en todo el mundo, en las redes sociales, y en la economía mundial.
Sí, la economía mundial, pues Uber vale más de 40.000 millones de dólares, y eso a pesar que el ingreso anual total de los taxistas de Estados Unidos no supera los 10.000 millones de dólares.
Según datos oficiales del Departamento de Trabajo, en Estados Unidos existían en 2012 un total de 233.900 taxis y la ganancia media anual neta de un taxista eran 23.000 dólares (unos 19.000 euros).
En Estados Unidos Uber ha significado una revolución en el mundo del taxi. El sistema de licencias que aplica la mayoría de las ciudades ha sufrido un duro parón, similar al que causó la ley "K" de 1978 en algunas ciudades, por las que se limitaba el precio de mercado del "medaillon" la licencia del taxi omo se llama allí.
En San Francisco, donde la "Prop K" fue aprobada a finales de los setenta, las licencias pasaron a ser propiedad del pueblo de California, por lo que su venta, asignación o transferencia fueron declaradas ilegales.
Correspondía según dicha norma a la administración emitir el número suficiente de permisos o autorizaciones para mantener un servicio de taxi suficiente para la ciudad de San Francisco y el estado de California. Además, cualquier taxi podría aplicar una tarifa inferior a la legalmente establecida.
No todas las ciudades rigen el sistema de San Francisco y California. Pero muchas establecieron un límite al valor de la licencia, de modo que cualquier profesional del taxi pudiera comprar la licencia, y evitar que estas alcanzaran precios fuera del alcance del trabajador del sector del taxi en Estados Unidos. Este fue un duro golpe para las empresas que operaban con flotillas de taxis y una gran ventaja para el profesional autónomo.
Con la llegada de la aplicación Uber muchos ciudadanos vuelven la vista a esta fórmula para "redondear" sus ingresos mensuales sacando provecho de la segunda inversión más importante de su vida tras la vivienda: el coche. En Estados Unidos esta aplicación es legal en algunas ciudades y estados.
En cuanto a rentabilizar la inversión en un vehículo, la mayoría de los propietarios solo utilizan su propio vehículo unas horas a la semana, y el resto del tiempo debe permanecer parado en garage, y con todos los impuestos y papeles en regla. Uber, para muchos propietarios, se ha convertido en la única herramienta para rentabilizar la segunda inversión más importante de su vida, como decíamos, el automóvil.
En otras partes del mundo y en algunas ciudades de Estados Unidos, la aplicación Uber ha sido declara ilegal porque es competencia desleal hacia el sector del taxi. En España los tribunales han desaprobado en diversas sentencias la actividad de uber. La última ha sido un juzgado de lo Mercantil de Madrid: se ha declarado ilegal en todo el territorio nacional esta aplicación por ser competencia desleal y carecer el conductor de autorización administrativa para transportar viajeros. El juzgado, además, ha pedido a bancos, compañías de internet y telefonía que no admitan operaciones con la empresa uber.
Uber está prohibida en varios países y ciudades europeas, como Madrid, Barcelona, o Valencia, en España. En Berlín, Bruselas, París, o Londres, los tribunales han prohibido la misma y mantienen pleitos abiertos entre la plataforma Uber y las asociaciones de taxistas. En otras muchas opera con total libertad.
Las asociaciones de consumidores en España han tratado con un perfil secundario o de tercer nivel el conflicto entre los propietarios de la aplicación uber, los usuarios y el sector del taxi.
La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) señaló en un artículo tres desventajas de la aplicación (seguro de accidentes, "poco amigos de las reclamaciones" y la política "lo tomas o lo dejas" puesto que es uber quien establece el precio de la carrera, sin regateos o descuentos entre taxista y usuario.)
Por otro lado, en cuanto al conductor Uber es este un conductor muy preocupado por dos cosas: ganar dinero y ganar reputación. Para ganar un salario promedio como en Estados Unidos -por debajo de los 20.000 euros- debe trabajar durante horas. Puede ganar mucho más, pero debe trabajar durante horas. No es ninguna ganga, ningún chanchullo, ningún pelotazo: hay que echar horas al volante.
Y, además, el conductor debe ganarse una reputación. Y esta es la segunda gran ventaja de Uber, además del precio, sobre sus competidores, los taxistas tradicionales.
El conductor Uber es un conductor "individual", con un "perfil" alojado en la aplicación uber, que día a día, usuario a usuario, trayecto tras trayecto se actualiza. Y entre los datos que actualiza el perfil figura la satisfacción del cliente. Más aún, Uber pide a cada cliente puntuar la "calidad" de cada uno de los servicios de taxi que utiliza.
En cambio, en el sector del taxi, en todo el mundo, el conductor es anónimo. Una vez que se ha terminado el servicio, el conductor desaparece en el océano del tráfico, y pasa al anonimato total "un taxista".
Con Uber no es así, en tu teléfono como usuario quedan todos los datos del conductor. Y puedes volver a pedir sus servicios. O los servicios de un conductor Uber con una "reputación" similar, o mayor entre la comunidad de usuarios. Porque esta es otra de las grandes ventajas de uber: los conductores deben cuidar su reputación. Nunca serán "un taxista" anónimo.
Estas son las dos razones que hacen imparable un servicio como Uber. La tecnología permitirá rentabilizar la inversión en un coche. La tecnología permite mantener la reputación del sector del taxi. Solo falta que un taxista, activo o retirado, con licencia o sin licencia activa, se convierta en conductor de uber para que las razones del juez de lo Mercantil vuelvan a quedar en entredicho.
La tecnología no se cambia volviendo al pasado. Cuando llegó el arado mecánico a los campos, el arado romano pasó a ser una pieza de museo. Con la llegada de Uber, la licencia de taxi en España; el medaillon en los Estados Unidos, el permis en Francia, y un largo etcétera de denominaciones por todo el mundo, serán artículos de museo, de otra época. La tecnología no se para volviendo al pasado; la tecnología se supera con otra tecnología.
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