9.8.13

Genocidio hispano. Holocausto de parados españoles

"Genocidio" y "Holocausto" son palabras mayores a lo largo de la historia de la Humanidad. 

Para la Academia de la Lengua, genocidio es el exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad.

Holocausto, tiene tres acepciones. 1.Gran matanza de seres humanos. 2. Acto de abnegación total que se lleva a cabo por amor. 3. Entre los israelitas especialmente, sacrificio en que se quemaba toda la víctima.

Para seis millones de parados españoles, y sus familias: esposas, hijos, abuelos, dependientes, enfermos... el paro se ha convertido en un sacrificio inmenso. Los parados, mientras están en desempleo y sin ingresos, sufren su eliminación sistemática de la vida regular: el ocio se recorta, se recorta el vestir, se recorta en alimentos (en Cataluña 50.000 niños sufren desnutrición). 

A veces, alguien propone soluciones, como el gobierno u otras instituciones. A veces, estas soluciones se aplican, como las reformas de las leyes de contratación (que aún conservaban rastros de las leyes franquistas a decir de algunos analistas.)

La última propuesta, que ha saltado a los medios este jueves, ha sido ajustar la jornada laboral a las necesidades de la empresa, adecuando un contrato de ocho horas a otro contrato de menos horas limitado a la carga de trabajo de la empresa.

Sin embargo, se han opuesto de manera radical a esta medida sindicatos, partidos políticos y organizaciones de todo. Se han oído voces como "nueva esclavitud" paso previo "al derecho de pernada" vuelta "a siglos pasados" o "el fin del estado de bienestar" entre otras (des)calificaciones.

Hace unos días mentábamos al poeta español que acuñó la frase en España, nueve de cada diez cabezas embisten, y una piensa. Pues bien, ¿qué pasa con esta propuesta de ajustar contratos a volumen de trabajo?

Esta propuesta de ajustar el horario de trabajo de los empleados a la carga real de trabajo dentro de la empresa funciona en otros países. Y funciona muy bien. Con el apoyo de sindicatos, como no podía ser de otro modo.

En Alemania, si el departamento de fabricar listones de madera para tejados no recibe pedidos suficientes, se traslada a otra sección el personal sin carga de trabajo de dicho departamento. Si no es  ello posible, se reduce el número de horas por empleado al trabajo real a efectuar en la sección de fabricación de listones para tejados. ¿Con el apoyo de los sindicatos?

Correcto, con el apoyo sindical. Un trabajador que de esta forma ve reducida su jornada laboral, en cuatro horas, por ejemplo, podrá recibir hasta cuatro horas de subsidio de desempleo mientras se mantenga esa situación. Otras veces recibe dos horas de subsidio del Bundesarbeit y dos horas más de su compañía de seguros, en total, percibe su salario por ocho horas. Los sindicatos alemanes apoyan esta medida. Las empresas, también. La sociedad, también.

Vemos que en España es preferible que la empresa entre en la enfermedad de los números rojos antes de aplicar soluciones novedosas. Números rojos para una compañía significa más pronto que tarde, despidos. Y si la situación se complica, además de la pérdida de puestos de trabajo, la empresa puede verse obligada a cerrar y el empresario, abocado a la ruina. 

Todo por no cambiar viejos y arcaicos modelos de pensamiento. La resistencia a la innovación es tan fuerte en España que nos autoriza a hablar del genocidio hispano, del holocausto de los años de juventud de una generación; y para los parados de 50 o más años (que verán menguada su pensión) del holocausto de sus últimos años previos a la jubilación, y de los años de jubilación. 6 millones de parados. Y la cifra no bajará este año. Ni el próximo. Ni el siguiente. Y para los jóvenes encontrar su primer empleo será como el sueño de encontrar una mina de oro para los viejos exploradores. Por no hablar de las condiciones actuales que deben soportar muchos trabajadores para mantener el puesto. 

¿Por qué cuesta tanto entender esta medida en España? Acaso, el poeta Antonio Machado tuviera razón, y en España, de cada diez cabezas, nueve embisten, y una piensa.

No comments: