22.2.13

Bárcenas y su partido secreto


Bárcenas ha sellado su futuro. Desde el momento en que abrió una cuenta B-2 personal, copia de la cuenta B "regular" cruzó la raya que marca el camino de no retorno. Nada volvería ser como antes: y el abrigo estilo "al-capone" con cuello bordado con que aparece ahora en las fotografías, señalaba la orla del nuevo licenciado en artes ocultas.  

En algún momento del pasado, la orla oscura del cuello de su abrigo quedó sellada: el contable pasaba a controlar la caja B de un partido político ¡en el gobierno! y en el futuro, abriendo una cuenta B de la cuenta B, controlaría al partido político, al gobierno y toda la máquina del estado. O al menos salvaría un patrimonio de dudosa procedencia (afirma el interesado que procede de su actividad como marchante de arte e inversiones inmobiliarias.)

El desafío de Bárcenas, su loca apuesta supera con creces otros hitos de la historia reciente: desde el golpe de Tejero hasta los sucesivos intentos de otros poderosos de fundar un partido político para afirmarse y demostrar su "poder." Tal cual un Ruiz Mateos o un Jesús Gil poseedores, como Bárcenas, de castillos de marfil que en realidad eran castillos en el aire con cimientos de arena.

Otros ejemplos, Damborenea, aquel socialista vasco de los GAL, que fundó Democracia Socialista; o incluso, Mario Conde, y su nuevo partido, que se estrelló en Galicia. Bárcenas supera a todos ellos como ególatra, al querer controlar todo, estado y gobierno gracias a sus apuntes en b minúscula, de una cuenta B enorme, para salvar sus millones amasados en silenciosa actividad. 

Los últimos que lo intentaron, con suerte desigual, fueron Álvarez Cascos, que ha sido apartado por el sistema; y Rosa Díez, cuyo éxito se mantiene. Son los representantes de una opción personal, con firma única, para alcanzar el poder en la política por la puerta del reconocimiento público.

Bárcenas optó por la vía subterránea para hacer brillar su estrella. Hizo una contabilidad B de la administración B con la que pretendía dedicarse a la buena vida de esquiador por las mejores pistas del planeta, ya en Francia o en Canadá.

Sin embargo, la jugada no le saldrá. Su apuesta está ahora en otras manos, jugando otra partida. Su apuesta por jubilarse por anticipación, con las cuentas de Suiza a rebosar y una aureola de fama, se ha tornado en su peor pesadilla: no es dueño ni de su fortuna (amasada como marchante de arte y como especulador inmobiliario, según declaró él mismo) ni de sus días.

Su cuenta B-B -una bomba atómica que todo lo destruirá- está en otras manos: ahora Bárcenas es una marioneta que otros manejan. Bárcenas era un hombre de paja, que se creyó un Bill Gates de la contabilidad, y terminará en breve, viendo cómo Hacienda y otros, intentan apoderarse de su fortuna.

Bárcenas entró en barrena con una venganza de los bancos suizos; y cerrará su periplo, antes de acabar en la cárcel -probablemente- y viendo cómo otros se reparten "sus millones" (seguramente), dejando un rastro de hombres caídos a su paso. 

Es posible que la radiación Bárcenas deje al PP mutilado de manera severa. Los ciudadanos exigirán transparencia a sus representantes, que deberán presentarse en público con la declaración de bienes por delante. 

Bárcenas acabará entre rejas; como otras figuras importantes de la política española; serán los paganos de una crisis. Paganos para calmar la ira del pueblo; paganos para "limpiar" la imagen de toda una clase política que arruinó a un país cuando optó por la especulación inmobiliaria como fórmula de crecimiento.

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