League Cup final: Bradford 0-5 Swansea
Natham Dyer ejemplifica la lucha del pequeño por conseguir un hueco en la historia. Con 26 años, jugó la final de la FA Cup frente al Bedford, con victoria final y estuvo a punto de entrar en los récords históricos de la competición: marcar tres goles en la final.
Marcó su primer gol en el minuto 15, el segundo, en el 47 y once minutos después llegó la polémica: penalty contra Bradford y Natham Dyer quiso lanzar ese penalty para hacer su tercer gol y entrar en la historia.
Dyer pertenece a ese ejército invisible de jugadores que todos los días acuden a entrenar, todos los días se cuidan, todos los días aprenden cosas nuevas de su profesión, porque esperan su día, su hora, confían en que la ocasión llegará en algún momento para entrar en la historia.
Para Dyer la ocasión llegó en la final de la Capital One Cup: ser el único jugador que ha conseguido tres goles. Solo tenía que lanzar el penalty y marcar para coronar su carrera con un récord histórico. Alguien se interpuso.
Natham Dyer nunca jugó contra grandes equipos; nunca fue internacional; y posiblemente nunca recibirá una oferta de un club de la Premier League, menos aún de ligas extranjeras. Y sin embargo, tuvo ocasión de entrar en la historia por la puerta grande. Mereció su oportunidad, la había ganado.
El penalty lo lanzó De Guzmán. Como jugador De Guzmán -nacido en Canadá- está varios peldaños por encima en el escalafón: ha jugado en una liga importante, con el Mallorca, en el 2010, y es internacional por Holanda. De Guzmán rechazó la solicitud de Dyer para lanzar el penalty, impuso su jerarquía, e hizo el 3-0.
Natham Dyer es hijo de deportistas, su padre fue jugador de Cricket, y su madre, atleta. Jugó en el Southhampton, en el Burnley, Sheffield United y a Swansea llegó en 2009. Con 26 años, ha jugado 146 partidos y ha marcado 12 goles.
Dyer reclamó con insitencia -hasta intervino el árbitro- a su compañero De Guzmán lanzar el penalty y para conseguir ingresar en el libro de oro de los récords, pero el canadiense nacionalizado holandés rechazó de forma reiterada ceder el lanzamiento.
Natham Dyer, como ejemplo de los centenares, miles de deportistas que pueblan las divisiones inferiores mereció lanzar ese penalty y marcar su tercer gol. El pequeño David deberá esperar su oportunidad. Y esta anécdota figurará en todas las finales por venir de la Capital One, o Copa de la Liga y en el deporte en general: si resistes, el deporte te ofrecerá ocasión de llegar al limbo dorado: con el tercer gol, o con un gran partido y la anécdota del que pudo ser el primer jugadoo en marcar tres goles.
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