Hay palabras cargadas de significado, doble o triple significado. Incluso hay palabras con un significado fantasma que pesa aún más que el significado real. Por ejemplo, "derecho a decidir."
Derecho a decidir no existe en ningún esquema jurídico tal y como algunos nos quieren hacer entender. No hay ningún código municipal, provincial, autonómico, nacional o internacional que incluya los términos "derecho a decidir" tal y como nos plantean especialmente en los últimos meses los partidos "nacionales" de Cataluña.
La palabra de hoy es pedagogía. Ha calado en el lenguaje de los medios la palabra "pedagogía" con la joroba añadida de "hacer" pedagogía.
Antes de seguir les propongo un truco. Cuando un comentario, artículo o incluso editorial de un diario utilizar la palabra pedagogía (hacer) les propongo que sustituyan la misma por "ideología" (vender).
Pedagogía, en sentido etimológico, significa enseñar al niño. Del griego παιδιον (paidos -niño) y γωγος (gogos -guiar).
La pedagogía es de carácter vertical: una persona con autoridad (el maestro) transmite a un discípulo -la persona que sigue una disciplina- un conocimiento. Los niños reciben las enseñanzas a través de la pedagogía; gracias a esas enseñanzas, los niños desarrollan luego su persona. El maestro "no" modela la persona del niño, se limita a transmitir los conocimientos, las enseñanzas de la sociedad a futuros hombres y mujeres adultos.
Por eso decimos que la pedagogía es "vertical" va del superior al inferior; del que sabe, al que ignora.
En la actualidad, el concepto "pedagogía" ha perdido todo su significado cuando se utiliza para vehicular, trasladar "ideología" del que sabe al que no sabe. Pedagogía con este sentido político sólo funciona en España. Pedagogía, con ese uso, es propia de políticos españoles y, ustedes me permitirán remitirme a la valoración de la sociedad sobre nuestros políticos: "son un problema."
¿Qué concepto desaloja esta "pedagogía"? Esta pedagogía prostituída que nos intentan colar los políticos ocupa el lugar de "información" o de "opinión".
Si se fijan, "pedagogía" tiene sello de origen en muchos casos. Llega de vascongadas o de Cataluña. En Madrid, y en otras regiones, este "hacer pedagogía" no cala. Esta "verticalidad" en el traspaso de información del que sabe (el maestro) al que no sabe (el alumno) en Madrid, decíamos, no cala.
Madrid, y otras comunidades (si se me permite regionalizar el artículo) no aceptan que un político - o un comentarista/periodista- ocupe el lugar del maestro para hacer pedagogía.
Como ejemplo, práctico, aquí va el enlace a un artículo reciente. Se titula: Sobra retórica y falta pedagogía.
Aquí, en el mismo periódico, otro "pedagogía" que, aunque minoritario, también crece por Madrid.
Hagan ustedes la prueba; donde pone "pedagogía" lean información.
Esta pedagogía vertical que comenzó como un vertido de los políticos de izquierda y nacionalistas hacia la sociedad, parece que avanza ahora también en las filas de los partidos de derecha. En resumen, sustituya esta "pedagogía" por "información" y compruebe cómo los políticos con su "pedagogía prostituída" quieren ocupar el puesto de los profesionales de la información con el truco de llamar a una cosa con el nombre de otra.
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