Crisis bancaria, o crisis de las cajas

Por la boca muere el pez, o cómo sin darnos cuenta, nos dejamos deslizar por el lenguaje, y, no pocas veces, caemos en la redes de cazadores implacables como unos pardillos.

Porque la caza puede ser un deporte cruel, si es que es deporte; como la pesca. El cazador, el pescador, o el torero, comparten en diverso grado un odio de las gentes que se dicen amigas de los animales.

Hay otros cazadores que se lo llevan crudo, causando gran dolor esta vez en padres, madres, hijos... ¿Dónde están? Busque el lector a los cazadores tras los que quieren confundirnos con las palabras. Crisis bancaria, o crisis de las cajas.

Los bancos en España gozan de buena salud. Las cajas, empero, han sido nacionalizadas y se han transferido miles de millones de euros procedentes de impuestos para sanear "las cajas". Y sin embargo, nos hablan de crisis bancarica.

Las cajas, por ejemplo, CajaMadrid, fueron saqueadas por personas de carne y hueso; que recibían remuneraciones por valor de miles de euros cada mes. Que además recibían créditos en condiciones ventajosas, para sí mismos; para sus familias; para sus amigos. Las cajas han sido el almacén oscuro del puerto donde los maleantes se reunían para realizar sus trapicheos.

Hemos tomado como ejemplo CajaMadrid, pero sirve cualquier otra: Caja Castilla La Mancha, o Caixa Tarragona, Caixa Catalunya o Caixa Manresa; Caisa Penedés; Caja Murcia o Caja Granada, o Caja Cantabria, o Caja Segovia, o Caja Ávila... todas estas entidades, y otras más, tenían en su dirección a personas incompetentes. Sí, sin competencias básicas en su trabajo. Sus consejos de administración no eran más que un truco de feria para dar apariencia de formalidad a los chanchullos que durante décadas han perpetrado los pequeños jerifaltes locales: políticos y sindicalistas, fundamentalmente.

Si piensa usted que esta pavorosa crisis no volverá a repetirse, tenga cuidado. Basta con un cambio en las palabras, para que, otra vez, el cazador se apodere de sus presas sin piedad. Que no le quiten, ni le cambien las palabras. Crisis de Cajas.

Alguien se lo ha llevado crudo, se ha quedado con el dinero, como un pirata de guante blanco, y ha dejado pistas falsas. Y, no sólo eso, con sus argucias, seguimos esas pistas falsas para no encontrar a los verdaderos culpables y exigir responsabilidades.