Arrecia la tormenta judicial, y no me refiero a las nuevas tasas impuestas por el Ministro Ruiz Gallardón para quienes opten por litigar y defender lo que consideran sus derechos ante los tribunales. Me refiero a la tormenta perfecta que se cierne sobre el ciudadano Iñaki Urdangarín, y sus consecuencias.
La primera consecuencia será para otros que estén en situación parecida, con cuentas en el extranjero, y asuntos pendientes, como el caso del presidente de la Generalitat Sr. Artur Mas.
Si la oposición ya califica según la reforma de Gallardón a los ciudadanos por "clases" es decir, los que pueden y no pueden gastar centenares de euros en sus asuntos judiciales, los dos prohombres del país mentados, sufrirán una tormenta judicial durante meses.
Iñaki Urdangarín no será un ciudadano más, que ha ido a menos. Será un "miembro de la familia real" que ha caído en las redes de la justicia y, más grave aún, en las redes de algunos programas de televisión ávidos de sensaciones. Fin del caso de los niños de Córdoba. Arranca el partido judicial de "Urdanga."
¿Y el Sr. Mas?
El Sr. Mas todo indica que resultará vencedor de las elecciones catalanas. Y en consecuencia, afrontará los próximos meses como president la deriva del "borrador" adelantado por el diario El Mundo.
Ese borrador traerá consecuencias. Aunque en inglés lo llaman "papel de trabajo -working paper-" su traducción al español como borrador resulta poco elocuente.
¿Qué 'honor' puede ostentar alguien que esconde su dinero en otro país? ¿Qué honor le resta al Sr. Urdangarín si se prueba su ilícito? ¿Qué honor le quedará al president si se ve en situación parecida? No sólo es el president -la gravedad del caso es muy honda- pues su propio partido tiene la sede embargada por la autoridad judicial.
El Sr. Mas arrancará la legislatura de la indepencia bajo una tormenta perfecta al cuadrado: perseguido por los jueces. Y por los acreedores. La Generalitat no dispone de efectivo para sus necesidades corrientes.
Toda iniciativa de Urdangarín está ahora bajo la lupa de los jueces. Y por extensión, la Casa Real "resulta tocada" por el más que lamentable suceso de la imputación de aquel.
Otro tanto con el Sr. Artur Mas. Toda su actividad política, incluso privada (cuál es el origen de su fortuna) quedará "tocada" por la acción de la justicia para aclarar asuntos turbios, propios del Sr. Mas y del partido que le sustenta. Por extensión, la nueva legislatura que se abre en Cataluña será para ventilar un pasado oscuro, sobre las torrenteras múltiples que arrastrará la deriva hacia la independencia iniciada por el propio Sr. Mas el pasado mes de septiembre.
¿Más emociones? No way. Imposible. Porque no solo el Sr. Urdangarín sale a la palestra, también sufre la Casa Real. Y en Catalunya no solo el Sr. Mas queda tocado, sino también su partido, y el futuro gobierno catalán.
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