Es difícil explicar a un francés la polisemia de algunas palabras en castellano. Incluso advertidos como están los hablantes del español por el propio Cervantes, quien ya criticaba la invasión de las palabrotas y jurones que secaban de raíz la expresión en sus diversos grados de los sentimientos de la gente común.
La pelea entre dos sacerdotes en Francia podría ayudar con la polisemia. Un país católico como Francia, donde por extraño que parezca, a lo largo del Sena, en pleno corazón de París se celebran procesiones religiosas a lo largo del año; igual que en otras muchas ciudades a lo largo y ancho del territorio galo.
Sucedió en una pequeña localidad del obispado de Nancy, en el noreste de Francia, a unos 300 kilómetros de París. Dos sacerdotes talluditos, 71 años el agresor y 75 el agredido, terminaron este en el hospital; aquel, en la comisaría, a donde acudió a entregarse.
El agresor, el padre Jean-Marie Perrin, de 71 años, reconoció haber atacado al padre François Geoffroy, de 75, según su declaración en la comisaría de policía el pasado 12 de noviembre, tres días después de sucedidos los hechos.
http://www.lefigaro.fr/actualite-france/2012/11/19/01016-20121119ARTFIG00581-un-pretre-violemment-agresse-par8230-un-autre-pretre.php
El padre Perrin aguardó entrada la noche cerca del domicilio del padre Geoffroy en Dombasle, cerca de Nancy el 9 de noviembre. Según su declaración, el agresor, de 71 años, saltó sobre las espaldas del padre Geoffroy cuando este entraba en su domicilio.
El agredido, de 75 años, se resistió al ataque, y logró arrancar el pasamontañas que ocultaba el rostro del agresor. Sin embargo, este ocultaba su rostro tras una segunda capucha.
Se produjo un intercambio de golpes, sin gritos, sin ruidos. El padre Geoffroy acudió al hospital, donde le trataron de golpes en el rostro, en los costados, y de dolores diversos.
Los hechos se precipitaron cuando el periódico local L'Est Républicain publicó el día 12 la noticia del suceso e incluyó el detalle de que había sido hallado un reloj en las inmediaciones.
Ese mismo día, el agresor acudió a comisaría y se inculpó. Jean-Marie Perrin párroco desde hacía más de 30 años en la aldea de Maixe, había sido sustituido por François Geoffroy, de 75, después de más de 30 años de servicio en la citada parroquia.
Según el obispado de Nancy, que podría aplicar el derecho canónico para arreglar este asunto interno, el padre Perrin no estaba de acuerdo con alguna de las medidas implementadas por su sustituto en la paroquia.
Según la portavocía de la diócesis de Nancy y Toul de la que depende Maixe, se trata simplemente de un desacuerdo grave entre dos personajes de fuerte carácter, sin ninguna relación con el culto o la ideología.
Para la diócesis, además de las pequeñas disputas por el desarrollo del traspaso de la parroquia, en la cual el agresor aún mantenía algunas prerrogativas, pudo haber intervenido el hecho de que el padre Perrin, está sometido a un fuerte tratamiento contra el cáncer y que esto pueda haber desencadenado un ataque violento dado su carácter rígido.
El diario conservador Le Figaro, indicaba que Monseñor Jean-Louis Papin, obispo de la diócesis, se halla en Roma, en visita ad limina, y que concocará al padre Perrin a su regreso para tomar medidas disciplinarias.
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