3.11.12

Rajoy perfila a Mas como el Zapatero de Cataluña


El Tripartit llevó a Cataluña al borde del precipicio, junto al abismo. Dos años después, desde el precipicio, el Sr. Mas, ganador de las elecciones en 2010, invita a la ciudadanía a dar un paso al frente: elecciones para la independencia.

Mariano Rajoy ha entrado en el discurso de actualidad con una fervorosa defensa de una Cataluña española para contrarrestar la deriva de Artur Mas hacia la secesión de España.

Con la vista puesta en el 25 de noviembre, fecha de la próxima cita electoral catalana, el presidente del Gobierno esbozó un panorama desolador sobre la deriva hacia la independencia de Artur Mas.

Rajoy, asimismo, perfiló la figura del presidente de la Generalitat con los mismos nombres que empleó para definir la actividad política del ex presidente Rodríguez Zapatero: "frivolidad, levedad e irresponsabilidad."

A Rodríguez Zapatero le erosionó su figura política el trabajo de hormiga de Rajoy, en medio de todas dificultades: nadie creía en el gallego como líder, tampoco los medios de comunicación de la derecha; e incluso con el Congreso de Valencia en el 2008, o en meses posteriores cesó Rajoy en su empeño de retirar el halo de autoridad de Zapatero protegido por un enormísimo apoyo mediático.

Y lo consiguió al cabo; Zapatero cayó con estrépito. Rajoy además de mayoría absoluta, con su paciente labor de zapa utilizando todo tipo de material de ataque, afectó a la línea de flotación del propio Partido Socialista. El PSOE es ahora un barco que hace agua a babor, estribor, a proa y a popa. La crisis, la negociación con ETA, la pésima gestión política, todo la segunda legislatura de Zapatero quedó patas arriba, y con un claro vencedor, Mariano Rajoy.

Frente a Artur Mas el presidente dispone de menos tiempo, y de menos "cooperación." El partido que sustenta a Artur Mas en la Generalitat ha sido el Partido Popular, con Sánchez Camacho, como líder. Y en las Cortes Generales, Mariano Rajoy recibió con satisfacción el apoyo puntual del grupo catalán en medidas de profundo calado económico y político en los primeros meses de gobierno del PP.

El objetivo de Mariano Rajoy no es, en un primer momento, repetir en Cataluña el resultado electoral de 2010 (18 diputados ¡ojo! que las encuestas le asignaban 9 o 10) que le brindó la oportunidad de tocar poder dando apoyo a CiU. 

Tras el 25N Rajoy se plantea un gobierno a la deriva de CiU apoyado en los radicales de ERC. Según análisis internos, el PP podría duplicar el número de escaños que le asignan las encuestas, y situarse entre los 25 y 30 escaños, en detrimento de socialistas y una parte del electorado de CiU que desconfía de la deriva independentista de Artur Mas: en especial el conglomerado que aglutina la figura y el partido de Duran i Lleida.

Los seis meses posteriores a la victoria de Artur Mas el 25 N serán decisivos. Para esos seis meses Rajoy ha preparado lo mejor de su artillería, que presentó en rueda de prensa: una comisión que se encargará de revisar "de abajo, hacia arriba" como se encargó de subrayar la vicepresidenta Soraya Sáenz, el viernes 26 de octubre. Esa comisión rendirá cuentas definitivas en junio de 2013 sobre "duplicidades" en la administración. O 'triplicidades' podemos adelantar.

El objetivo de dicha comisión será  examinar, funcionario por funcionario, y empresa pública por empresa, organismo, sociedad, etc., las duplicidades entre administraciones, "el despilfarro" en economía.

Esta comisión, aprobada con alardes, pero sin entrar en profundidades, será la artillería que abra la muralla de Barcelona y de Cataluña a una administración simplificada y al servicio del ciudadano, no de los políticos.

Para ello, Mariano Rajoy necesita un avance nítido en sus resultados electorales del 25N y una victoria sin mayoría absoluta de Artur Mas. 

De este modo, el presidente de la Generalitat caería en brazos de los radicales de ERC y de los "antisistema" de ICV. En unos pocos meses, el caos económico -recordemos que Cataluña depende de Rajoy para devolver créditos y pagar salarios- y el deterioro económico catalán avanzará a ritmo galopante semana a semana tras el 25N.

Rajoy, paciente, espera la caída de su contrincante, tanto por su trabajo de hormiga, como por los errores del contrario. Sucedió con Zapatero. Y Mariano Rajoy confía en que suceda con Artur Mas, y con CiU: un partido sin líder -el PSOE- sometido a un desgaste constante. 

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