Una de las fotos más temidas por los mercados en este invierno de prima de riesgo de infarto; lluvia de millones a la banca; suicidios por desahucios, y paro, paro, y miseria, en este invierno, falta una fotografía que como en Atenas resuma la ira del pueblo.
Se intentó en Madrid, con dos manifestaciones (una ilegal como fue rodear el Congreso) que fueron televisadas. No hubo tal foto. Las cargas de la policía fueron eso, cargas; los porrazos no fueron muy graves; el amago de entrar a una cafetería repartiendo palos fue eso, un amago; y la agresión a patadas contra un policía trajo el efecto contrario: no habría, por el momento, foto: Atenas es Madrid.
(Sin saberlo, quizá las costillas de ese policía soportaron durante el tiempo que se grabó la filmación los pilares de la civilización occidental: los bárbaros no pasaron gracias a eso, precisamente, a la imagen rotunda de unos jóvenes antisistema pateando a un policía indefenso que intentaba escapar dando tumbos mientras le caían más patadas.)
No hubo foto en Madrid. Ni en Barcelona. Donde hubo ocasión, y antecedentes, como fue el bloqueo de la entrada al Parlamento de los diputados.
La guerra por la fotografía no ha terminado. Esto es una guerra, económica, y las batallas en España son muy importantes (España es pilar del euro.)
Mientras los medios alemanes han observado con flema y circunspección las pretensiones independentistas de Cataluña; los medios de habla inglesa han tomado partido de manera abierta por la independencia de Cataluña. Y los medios también necesitan material, bagaje para su desempeño informativo.
Si con la Comunidad Europea las guerras fueron por el tomate o la lechuga; ahora, con la Unión Europea, las guerras son por la fortaleza de las monedas. Y España es una pieza esencial, como decíamos, de la que unos esperan la fotografía: Atenas en Madrid.
Todo parece indicar que la actualidad callejera se desplazará en los próximos meses hacia Barcelona.
Cataluña ha vivido una campaña electoral en la que han participado representantes de partidos antisistema, como la Syriza griega. La convocatoria a las urnas se realizó para conseguir legitimidad y apoyo popular en aras a abrir el melón de la independencia.
El resultado de la campaña ha sido descorazonador para quienes buscaban una mayoría "un mandato" claro. La derecha ahora independentista ha ganado las elecciones. La izquierda independentista ha sido invitada a asumir responsabilidades de gobierno. El resto de los partidos, serán oposición, incluyendo ICV, el grupo que invitó a Syriza.
Cataluña es bono basura, como Grecia, en materia de finanzas. Paga nóminas, gastos y devuelve préstamos, gracias a transfusiones periódicas del gobierno central. Cataluña deberá enfrentarse a una contabilidad infernal en los próximos meses. Si durante 2011 y 2012 había sido campeona en recortes, en los próximos 12 meses tendrá que recortar lo mismo que en los pasados 24. La izquierda -también independentista- se niega.
En las próximas semanas, y en los primeros meses del 2013 la "situación bélica" se habrá desplazado. Madrid cierra el mes de noviembre con "clases en la calle" es decir profesores de universidad que dan sus clases por las calles de Madrid en protesta por los recortes. Madrid está lleno también de batas blancas: médicos que salen a la calle a protestar.
En Cataluña, mucho nos tememos, que la lucha callejera adquiera otros tintes, y vaya por otros derroteros. La fotografía de la crisis puede estar todavía gestándose.
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