Es conveniente llamar al pan, pan; y al vino, vino. La crisis de las cajas es una crisis de las cajas y de gestores de las cajas. No es una crisis de los bancos. Por ahí nos engañan, y nos hacen creer que se trata de una "crisis bancaria" quizá para que la sociedad -nosotros- no pidamos responsabilidades. Hoy tenemos otra controvertida opinión.
Marina del Corral, en este caso, alude a la emigración de jóvenes formados o sin formación, como consecuencia de su espíritu aventurero, y no a la obligación económica, a la falta de futuro en España.
Dos observaciones.
¿Se produjo algún día este diálogo?
- Buenos días, soy el Sr. Zapatero y quiero que me presten miles de millones.
- ¿Con qué avala ese préstamo señor presidente? preguntó el director general.
- Con el futuro de los jóvenes, sr. director general -respondió con aplomo Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno-. Los gobernantes, -se explicó el presidente- a veces tomamos decisiones difíciles, hipotecamos la sanidad; subimos el tabaco; congelamos las pensiones; bajamos el sueldo de los funcionarios. Con este gran préstamo, Sr. director, su banco ganará muy buenos intereses, y, según me indican Solbes y Valeriano Gómez, los jóvenes tendrán que emigrar.
- ¡Qué le vamos a hacer, señor presidente! -respondió compungido el Sr. director-. Necesitamos buenos intereses, y los jóvenes podrán salir a otros países, conocer nuevos horizontes, completar su formación, aprender idiomas: gran experiencia debe ser esa. ¡Ah! -suspiró el director general- ¡quién fuera joven!
- ¡Quién fuera más joven! -respondió, con aplomo Zapatero-.
La segunda observación es para gente que hizo la EGB o que terminó la universidad hacia mitad de los años ochenta. Justo en 1986 España entró en la Comunidad Europea (así se llamaba antes la Unión Europea.)
El presidente de entonces, socialista, Felipe González, que ahora anda en homenajes, firmó un acuerdo que incluía unas restricciones exclusivas contra los jóvenes españoles. La wiki conserva memoria:
Se mantuvo una restricción a la libre circulación de nuevos trabajadores españoles durante siete años (diez años en el caso de Luxemburgo).2
Esto sí fue salir a la aventura señora Marina del Corral. África empezaba en los Pirineos, los españoles éramos subsaharianos para Felipe González y el equipo negociador. Los portugueses, y los griegos, podían viajar y trabajar. Los españoles, no. Conviene recordar dónde hubo aventura y necesidad, y dónde sólo necesidad.
Porque en 1986 con los gobiernos de Felipe González la tasa de desempleo juvenil estaba a lso mismos niveles en que la dejó Zapatero. A Thatcher lo que es de Thatcher. A Rajoy lo que es de Rajoy. A González y Zapatero, lo que de ley les corresponde.
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